Un estudio publicado en The Lancet Planetary Health advierte que el dengue y la chikungunya, enfermedades infecciosas transmitidas por el mosquito Aedys Aegipti, podrían convertirse en endémicas en Europa debido a la expansión hacia el norte, impulsada por el calentamiento global. Estas enfermedades, antes limitadas a regiones tropicales, afectan ya a casi la mitad de la población mundial, causando fiebre y, en casos raros, la muerte.
Rittika Data, experta de la organización DNDi, explica que el aumento de temperaturas y la humedad en regiones previamente frías han creado condiciones ideales para que los mosquitos prosperen, incrementando el riesgo de transmisión. A diferencia de la malaria, no existen tratamientos específicos para el dengue ni la chikungunya, lo que eleva la preocupación por su impacto en la morbilidad y mortalidad.
El estudio analiza 35 años y destaca que, desde 2010, los brotes en Europa han ganado en frecuencia y gravedad. En 2024, el año más cálido registrado, la Unión Europea reportó 300 casos de dengue, superando los 275 casos acumulados en los 15 años anteriores. Países como Italia, Croacia, Francia y España han sido afectados. “La UE está pasando de brotes esporádicos a un estado endémico”, subraya The Lancet. En el peor escenario, los brotes podrían multiplicarse por cinco para 2060 si las temperaturas siguen aumentando.
Ante esta situación, la OMS ha lanzado un plan global para fomentar la investigación sobre enfermedades sensibles al clima y garantizar un acceso equitativo a soluciones médicas, evitando desigualdades como las vividas durante la pandemia de COVID-19, cuando países ricos acapararon vacunas.
La propagación del mosquito Aedes Aegipti y el aumento de enfermedades como el dengue y la chikungunya reflejan los impactos del cambio climático en la salud pública.