Un estudio publicado en la revista Science Advances y replicado por el portal SINC, revela que los neandertales ya procesaban grasa ósea de sus presas hace 125,000 años, en un yacimiento arqueológico en Neumark-Nord, cerca de Halle, Alemania.
Este hallazgo, en el que participa el científico español Alejandro García-Moreno, del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (MUPAC), adelanta significativamente el uso de lípidos animales en la dieta humana, que hasta ahora se atribuía al Paleolítico Superior, hace unos 28.000 años.
El yacimiento, descrito como una especie de “fábrica” prehistórica, muestra evidencias de que los neandertales transportaban restos de al menos 172 mamíferos grandes, como caballos, ciervos y bóvidos, a un área de unos 50 metros cuadrados.
Allí, fracturaban los huesos para extraer la valiosa grasa ósea, un recurso clave para obtener calorías adicionales. Este proceso, que implicaba un considerable esfuerzo y uso del fuego, según los más de 16.500 artefactos de sílex encontrados, destaca la importancia de los lípidos en la supervivencia de los neandertales.
La capacidad de aprovechar la médula ósea y la grasa no solo permitió a los cazadores-recolectores compensar el enorme gasto energético de la caza, sino que también desempeñó un papel crucial en la evolución humana, al mejorar la alimentación, prolongar la vida y favorecer la reproducción.