Un estudio pionero publicado en la revista Nature revela que la contaminación atmosférica está relacionada con el cáncer de pulmón en personas que nunca han fumado, un grupo que representa una cuarta parte de los casos de esta enfermedad a nivel mundial.
La investigación, liderada por Ludmil Alexandrov (Universidad de California, San Diego), Maria Teresa Landi (Instituto Nacional del Cáncer, NIH) y los investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) Marcos Díaz-Gay y Pilar Gallego García, analizó las mutaciones genéticas en tumores de 871 no fumadores de cuatro continentes, demostrando por primera vez un vínculo genómico entre la polución y este tipo de cáncer.
Aunque el consumo de tabaco ha disminuido en muchas regiones, los casos de cáncer de pulmón en no fumadores están en aumento, especialmente entre mujeres de origen asiático y en el este de Asia, donde la incidencia es mayor que en países occidentales. “Observamos esta preocupante tendencia y no entendíamos por qué. Nuestra investigación demuestra que la contaminación atmosférica está estrechamente relacionada con mutaciones en el ADN similares a las asociadas al tabaquismo”, explica Alexandrov.
El estudio analizó el genoma completo de tumores de pacientes de 28 regiones de África, Asia, Europa y Norteamérica, con distintos niveles de contaminación. Los resultados muestran que las personas expuestas a mayores niveles de partículas finas en el aire presentaban hasta 3,9 veces más mutaciones relacionadas con el tabaquismo y un 76 % más de mutaciones asociadas al envejecimiento. Además, estas personas tenían telómeros más cortos, un indicador de envejecimiento celular acelerado.
“No significa que la contaminación cree una firma mutacional propia, sino que aumenta el número total de mutaciones”, aclara Marcos Díaz-Gay, del CNIO. Este incremento en las mutaciones somáticas, incluidas las asociadas al tabaquismo y al envejecimiento, eleva el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón.
El estudio también identificó un carcinógeno adicional: el ácido aristolóquico, presente en hierbas medicinales tradicionales. Este compuesto, detectado casi exclusivamente en casos de cáncer de pulmón en no fumadores de Taiwán, se asocia por primera vez con esta enfermedad, aunque ya se había relacionado con cánceres de vejiga, riñón y hígado.
Los investigadores descubrieron una firma mutacional desconocida, más frecuente en no fumadores, cuya causa aún no se ha identificado. “Es algo totalmente distinto y abre un área de investigación nueva”, señala Alexandrov. El equipo planea ampliar el estudio a América Latina, Oriente Medio y más regiones de África, además de investigar otros riesgos ambientales como el radón, el amianto, el consumo de marihuana y los cigarrillos electrónicos, especialmente entre jóvenes no fumadores.