Nicolás Fernán Rey no era buen estudiante, pero sí muy curioso. Esa cualidad fue la que seguramente lo llevó a estudiar la historia del mundo en general y la de su barrio en particular. Para este joven historiador, revitalizar la mirada sobre nuestra comunidad nos permite conocer y valorar lo propio, y construir un sentido de pertenencia.
“En el colegio siempre me llevaba Historia. En noveno (hoy tercer año del secundario) tuve que rendirla como cinco veces. Fue durante aquel verano, mientras estudiaba, que empecé a interesarme por lo que estaba leyendo: me generó curiosidad un tal Robespierre que durante la Revolución francesa había terminado con la mandíbula destrozada de un escopetazo. ‘¿Por qué nos marcaba ese dato un libro del secundario? ¿Qué había detrás de esa figura?’”, se preguntó. Magíster en Historia, así recuerda Nicolás Fernán Rey cómo nació su interés por una disciplina que ya se venía gestando en su infancia cuando durante las reuniones donde había gente más grande le gustaba escuchar anécdotas de los barrios, los clubes, las fábricas, la vida social, las costumbres. “En el secundario tuve profesores que, pese a que yo no era buen alumno, llenaron mi curiosidad. La escuela debe iluminar, generar crítica, ‘mover el avispero’ –dice–. Ya en la universidad otros docentes me ayudaron y encaminaron tanto en la docencia como en la investigación”.
Profesor adjunto en la Universidad del Salvador y docente de educación media, Rey es además miembro del Grupo de Estudios Históricos sobre la Guerra del Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani” (UBA-CONICET). Su investigación se centra en los impactos ambientales de la Primera Guerra Mundial en la República Argentina: la desaparición de bosques para uso de su leña por la escasez de carbón, la expansión del ferrocarril para extraer carne y granos para alimentar a las tropas, la caza de animales para utilizar sus pieles como abrigo, procesos que venían desarrollándose y que la guerra potenció, pero que a su vez reforzaron los discursos conservacionistas. “La guerra también ayudó a difundir ideas sobre la protección de la naturaleza que luego se materializaron. Ejemplo de ello fue la creación en 1922 del Parque Nacional del Sud, hoy Nahuel Huapi –explica–. Como dato curioso, entre 1924 y 1926, se aprobó la primera resolución internacional para combatir la caza de ballenas por su posible extinción, ya que se observó una recuperación de las poblaciones mientras los países que las capturaban estaban centrados en las batallas”.
Rey nació y se crió en Villa Ballester, y realizó su posgrado en la Universidad Nacional de General San Martín, una institución que promueve relacionar los estudios allí desempeñados con el territorio, es decir, con lo cercano y cotidiano. Un poco por este motivo y otro poco porque en el 2021 se cruzó en Instagram con la cuenta @visitesanmartin, creada por Jimena Tudesco, fue que surgió la idea de contar la historia a través de lo local y ofrecer walking tours por los barrios del partido. Gracias a su formación docente, Nicolás logra condensar y contextualizar la información, y sin perder profundidad o análisis, transmitirla de manera amena a la gente. Jimena, por su parte, aporta el manejo de las redes y del material audiovisual, además del trabajo de investigación sobre los barrios que recopiló desde que comenzó con la cuenta. “Nuestra última propuesta consiste en llevar nuestras charlas adaptadas a un walking tour para que la gente pueda ver, sentir y tocar lo que contamos, ya que por suerte aún mucho se conserva”, comenta. San Martín fue el primer partido en homenajear a nuestro prócer con su nombre. En el territorio que hoy ocupa, al noroeste de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el Libertador, de camino a la batalla de San Lorenzo, descansó en una posta ubicada en las calles Caseros y Rivadavia del actual barrio que lleva su nombre. Aquí también nació y pasó su infancia el escritor y político José Hernández, tuvo lugar el fusilamiento del sacerdote Ladislao Gutiérrez y su enamorada Camila O´Gorman, y se instaló el primer campo de golf de nuestro país: el Golf Club San Andrés, por solo nombrar algunos de los tantos hechos históricos que tuvieron como escenario a este partido.