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Sofía Assis

Cantar en Cosquín para Sofía Assis era un sueño cumplido, pero ser reconocida como la Revelación del Festival fue una gran sorpresa. “No me esperaba el premio. Yo subí a dar lo mejor. Es el sueño de todo artista, especialmente del norteño. Siempre el anhelo es pisar ese escenario más grande y simbólico que tiene el folklore”, afirma. Este año, la emoción se repite, ya que se presentará en la segunda luna.

“Saber que tenés que cumplir un objetivo y defender bien alto el título me hace sentir una responsabilidad muy grande y unos nervios importantes”, confiesa quien prepara un espectáculo con canciones no tan conocidas del repertorio popular y sus propios temas. “Apostamos muchísimo al nuevo cancionero”, sintetiza sobre su propuesta. 

Es nacida en Tucumán, y en su familia no había folkloristas, ni músicos ni bailarines. A su papá le gustaban Los Manseros Santiagueños, entonces creció escuchándolos y así se enamoró del género. Tanta es la pasión y el recuerdo que si suena un tema del grupo, se emociona hasta el quebranto. 

“Es muchísima la juventud que baila y disfruta del folklore, es hermoso que se interese. Va pasando de generación en generación, quizá los chicos no se prendieron para ir a la academia, pero son los primeros en comprar una entrada para los festivales”, comenta la cantora de 30 años.  

  • ¿Un artista que recomiendes ver en vivo?

Abel Pintos y Melina Cabocota. 

FESTIVAL NACIONAL DE FOLKLORE DE COSQUÍN 

Con Nahuel Pennisi, Soledad, Abel Pintos, entre otros. Sofía Assis se presenta la segunda noche.

Del 21 al 29 de enero, en la Plaza Próspero Molina, Cosquín, Córdoba.

NOTAS DESTACADAS:

EL CEREBRO PREFIERE LOS ESPECTÁCULOS EN VIVO Y EN DIRECTO 

Mirar actuaciones de danza en directo y junto a otras personas sincroniza las ondas cerebrales de baja frecuencia de los asistentes, a diferencia de verlos a solas en casa. La sincronía es mayor cuando los artistas interactúan con la audiencia.

BAJAR DE LOS ÁRBOLES ES UN PELIGRO MORTAL PARA LOS KOALAS 

Aunque los koalas apenas descienden de los árboles, esos breves desplazamientos por el suelo los exponen a peligros mortales como atropellos o ataques de perros.