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DEMIÁN RUGNA

Más que sangre fría, para hacer una película de terror, Demian Rugna asegura que hay que tener mucho humor. “Nunca hay clima tenso ni denso, todo lo contrario, es más de fiesta, sobre todo cuando sale bien un efecto especial, es una satisfacción hermosa”, revela el director que, luego del éxito de Aterrados, está por estrenar Cuando acecha la maldad, con imágenes escalofriantes.

“El género me permite explorar la fantasía, me brinda una posibilidad creativa que no tiene límites y, al mismo tiempo, divertirme haciéndolo”, cuenta desde Estados Unidos, donde el film tuvo sus primeros contactos con la gente.  

También, dice que le gusta afligir al espectador, “hacerlo asustar, jugar con él, que pase un mal momento”. “Disfruto del humor negro, y para mí una peli de terror es un gran chiste de humor negro”, explica.

No obstante, reconoce que no es una tarea fácil. “El público ha perdido bastante la sensibilidad y la capacidad de sorprenderse. Tendrá que ver con la violencia que absorbemos directa o indirectamente en redes o el avance de la tecnología. Entonces tenés que apostar a una buena historia para que se pueda enganchar, y una vez que lo lográs, ahí lo lastimás”, comenta. 

Adelanta que la nueva película no tiene límites: “Todo puede pasar y termina sucediendo. Es muy oscura y bastante tremenda”.

  • ¿Una película que recomiendes? 

Legiones, de Fabián Forte.

Cuando acecha la maldad

Un hombre es encarnado por un demonio en un pueblo rural perdido. Dos hermanos lo encuentran a punto de dar a luz al mal y deciden deshacerse de él, pero solo aceleran el proceso. El demonio ha nacido y empieza a dejar su rastro de maldad. 

Estreno 9 de noviembre.

NOTAS DESTACADAS:

“ARTIFICIAL”, LA OBRA QUE REFLEXIONA DESDE EL HUMOR SOBRE EL QUEHACER TEATRAL 

Con las actuaciones de Adriana Ferrer, Coral Gabaglio, Karina Hernández y Julia Amore, “Artificial” estrena el 3 de julio en Dumont 4040 de la ciudad de Buenos Aires.

BALLENAS JOROBADAS PODRÍAN ESTAR INTENTANDO COMUNICARSE CON HUMANOS 

A diferencia de sus "redes de burbujas" para cazar, los anillos perfectos de las ballenas jorobadas solo aparecen en presencia humana: tras analizar casi 5.000 vuelos de drones, no se observó ni uno sin personas cerca.