Cada año, entre 81.000 y 138.000 personas mueren en el mundo por complicaciones derivadas de mordeduras de serpiente, principalmente en zonas rurales de América, Asia y África, lejos de hospitales. Estas “muertes silenciosas” podrían reducirse gracias a un prometedor antídoto desarrollado por científicos estadounidenses, según un estudio publicado en la revista Cell.
Lo extraordinario de este trabajo, es su origen: los anticuerpos de Tim Friede, un exmecánico de camiones de 56 años de Wisconsin, quien durante 18 años se ha inmunizado voluntariamente soportando más de 200 mordeduras y 700 dosis de veneno.
Friede, sin formación científica, convirtió su cuerpo en un laboratorio viviente. Su sangre, rica en anticuerpos generados por su sistema inmunitario, ha sido clave para crear un suero experimental que combina dos anticuerpos (LNX-D09 y SNX-B03) con una molécula inhibidora de toxinas, el varespladib.
Este cóctel ha demostrado en ratones una protección sin precedentes contra 13 de las 19 especies más letales de serpientes elápidas, como la mamba negra o la cobra real, y una protección parcial contra las demás.
El avance, liderado por Jacob Glanville de Centivax y con la colaboración de Peter Kwong de la Universidad de Columbia, busca neutralizar las toxinas comunes a los venenos de las más de 650 especies de serpientes. “Hemos identificado un método para combinar componentes que neutralicen diferentes toxinas al mismo tiempo, diseñando un cóctel terapéutico efectivo”, explica Glanville.
Aunque el antídoto, que mejora el suero creado por Albert Calmette en 1895, aún debe probarse en humanos, los científicos son optimistas. Este avance podría allanar el camino hacia un antídoto universal, reduciendo significativamente las muertes por envenenamiento en las regiones más afectadas. “Es una hoja de ruta para neutralizar toxinas paso a paso”, concluye Glanville.