Hay modas que condicionan las decisiones. Esta tendencia de las personas a adoptar una idea o un producto simplemente porque muchas otras personas lo hacen es a lo que refiere el “efecto bandwagon”.
Se trata de un fenómeno psicológico que se basa en el principio de conformidad social, donde las personas buscan ser aceptadas y encajar en un grupo. Como resultado, pueden adoptar comportamientos o creencias populares para evitar el rechazo social.
En lo relacionado con los hábito de consumo, este fenómeno puede conducir a realizar compras impulsivas, influenciadas más por la popularidad del producto que por su verdadero valor, lo que puede tener grandes consecuencias en el bolsillo por hacer gastos innecesarios y tomar decisiones de compra mal informadas.
Algunos de los ejemplos más típicos pueden verse en las redes sociales, que juegan un papel vital en la formación de tendencias. Cuando un producto o servicio se vuelve viral en plataformas como Instagram o TikTok, más personas se sienten inclinadas a probarlo debido a la popularidad que ha alcanzado. Lo mismo sucede con las reseñas y calificaciones de productos en línea, que son muy influenciadas por el efecto bandwagon. Si un producto tiene muchas reseñas positivas, es más probable que otras personas lo compren sin investigar mucho sobre sus características o beneficios.
Si bien seguir una tendencia puede tener beneficios sociales, es importante mantener un pensamiento crítico y evaluar cada decisión de compra individualmente.
¿CÓMO EVITARLO?
Evitar el efecto bandwagon, a pesar de la fuerte influencia social, es posible mediante la implementación de las siguientes estrategias:
- Antes de hacer una compra, investigar, conseguir información sobre el producto, sus características, beneficios y opiniones expertas. Esto ayudará a tomar una decisión informada basada en datos y no solo en la popularidad.
- Mantener un enfoque crítico evaluando tendencias o productos populares. Cuestionar, por ejemplo, por qué algo es popular y considerar si realmente tiene valor. En concreto, no dejarse llevar solo por la percepción de popularidad.
- Conocer los propios valores, necesidades y preferencias. Reflexionar sobre los objetivos de uno y cómo una decisión de compra encaja con ellos.
Preguntarse si se está tomando una decisión basada en un propio criterio o simplemente siguiendo a la multitud.
Se trata de un fenómeno poderoso por su capacidad de influir en las decisiones, por lo que resulta esencial no justificar esas compras y evitar gastos impulsivos. Seguir una tendencia no garantiza la calidad o la conveniencia de un producto, así que es mejor analizarlo bien antes de sumarse a la “ola”.
