En un hecho catalogado de histórico, un tren de alta velocidad conecta desde el lunes pasado a dos de las principales capitales europeas: Paris (Francia) y Berlín (Alemania). El viaje es sin escalas y busca desarrollar este sistema de transporte más sostenible frente a las conexiones aéreas.
Según la información dada a conocer, la conexión será gestionada por los ICE, los trenes de alta velocidad alemanes operados por Deutsche Bahn (DB), y no por los TGV franceses. Los trenes también irán hasta Estrasburgo, en Francia, así como Karlsruhe y Fráncfort en Alemania.
La UE busca duplicar el tráfico ferroviario de alta velocidad en el continente de aquí a 2030 y triplicarlo en 2050, para cumplir sus compromisos en materia de lucha contra el cambio climático.
Esto significa añadir “20.000 km de líneas de alta velocidad” de aquí a 2050 en el continente, que actualmente cuenta con 11.300 km, señaló en septiembre Michael Peterson, responsable de servicios de larga distancia de DB.
El portal DW señala que, para lograrlo, el continente deberá afrontar grandes proyectos como la uniformización del sistema de señalización.
“Por primera vez en la historia del ferrocarril de ambos países”, Berlín y París “estarán directamente conectadas de centro a centro, a alta velocidad”, celebró la compañía nacional de ferrocarril francesa SNCF.
Este trayecto “crea un nuevo puente entre los dos grandes centros culturales y políticos de nuestro continente”, dijo Anja Schöllmann, directora de producción de la Deutsche Bahn.
Ambos operadores ferroviarios insisten en el argumento ecológico, señalando que un viaje en tren entre estas dos capitales emite 2 kg de CO2 por pasajero, frente a los 200 kg de un viaje en avión.