Mirar actuaciones de danza en directo y junto a otras personas sincroniza las ondas cerebrales de baja frecuencia de los asistentes, a diferencia de verlos a solas en casa. La sincronía es mayor cuando los artistas interactúan con la audiencia.
Aunque los koalas apenas descienden de los árboles, esos breves desplazamientos por el suelo los exponen a peligros mortales como atropellos o ataques de perros.