Tiene 21 años y es cantante, actriz, creadora de contenido y bailarina. Con tres discos editados, avanza en nuevas canciones mientras disfruta de las repercusiones de su primer protagónico en una serie internacional.
Foto: Gentileza Tute Delacroix
Los ojos de Yas Gagliardi dicen tanto como las palabras que pronuncia. Celestes, grandes y redondos reflejan su entusiasmo por crecer como artista y la emoción de ir concretando metas. “Desde que tengo memoria, soñé con hacer música, entonces hice todo para lograrlo. Luego, deseé hacer una serie y me propuse conseguirlo. Soy una persona muy soñadora, pero siempre planteo mis objetivos y trabajo para eso”, confiesa por videollamada.
Empezó a cantar a los 6 años y a los 12 editó su primer disco, más tarde llegó Indeleble, su segundo álbum, y actualmente está trabajando en nuevas canciones para sumar a los últimos lanzamientos, como “Qué pena”. Además, fue la voz guía del coro de niños que acompañó a Ricky Martin en la ceremonia de los Latin Grammy 2020, y fue telonera de Abel Pintos, Lali y Tini, entre otros.
Si bien lo que más le apasiona es cantar, luego de su participación en la serie Go! Vive a tu manera, de Netflix, consiguió su primer protagónico y va por más. Interpreta el papel principal en Melody, la chica del metro, una ficción infantojuvenil que se estrenó en marzo por la plataforma internacional Amazon Prime.
- ¿Qué desafío te implicó un protagónico?
Tenía 16 años cuando recibí el llamado y dije que sí muy impulsivamente [se ríe], porque siempre fue un sueño, aunque no vengo tanto del palo de la actuación. Desde ese momento fue un gran desafío. Enseguida que acepté, empecé a tomar más clases de actuación, individuales y grupales, a interiorizarme más en el tema, porque está buenísimo prepararse para cualquier cosa que quieras hacer en la vida, más allá de lo artístico. Me encantan los desafíos como artista, este fue enorme, emocionante y me ayudó a cumplir un sueño.
- ¿La actuación llegó para quedarse o lo tuyo es la música?
Un artista es todo, canta, baila, actúa. Es cierto que siempre hay algo en lo que te resaltás, te identificás o sentís más pasión. Claramente en mí es el canto, es lo que quiero hacer toda la vida, y nada le puede quitar el puesto número uno. Pero sí, la actuación llegó para quedarse, porque encuentro algo parecido a lo que siento cuando canto y me subo al escenario. Creí que nunca iba a encontrar esa sensación en ningún otro lado, y haberlo conseguido al actuar fue increíble.
- ¿Qué crecimiento notás en lo musical?
A medida que una va creciendo, va cambiando, más allá de la música. En mi caso, arranqué muy chica, por eso muchos de los cambios tienen que ver con mi edad, fui descubriendo quién es Yas y qué quiere mostrar como artista. La de 12 años se identificaba con cosas que la de 15 no y la de 15 con otras que la de 20 no. Eso es parte de un proceso que tiene que ver con encontrarse a una misma como artista y entender lo que una quiere transmitir. Después, hay transformaciones puntuales, por ejemplo la Yas adolescente se subía al escenario con el puño cerrado porque le daba vergüenza y la de ahora baila y habla con la gente porque le divierte. Son procesos. El tiempo y la práctica te ayudan a soltarte y a crecer. También la formación.
- ¿Cómo es la Yas de hoy?
Encontré que existen otros tipos de géneros y sonidos que disfruto mucho cantar y bailar. Siento mucha adrenalina cuando estoy por subir al escenario, que es mi parte favorita de la vida, y percibir esa conexión con la gente. Tomo más decisiones por mí misma, estoy más segura, tengo más claro qué quiero mostrar y cómo. Así, estoy mucho más presente en cada minidetalle de lo que haga. Trato todo el tiempo de hacer cosas que me entusiasmen y me desafíen. La Yas de hoy busca desafíos.
- ¿Qué pasa cuando subís al escenario?
Es una sensación que no consigo con casi nada. Es una adrenalina muy diferente, no es la misma que la de la montaña rusa o la de decirle a alguien que te gusta. Me gusta lo que provoca en mí y, además, disfruto de la energía que se mueve en esos momentos. Al subir a un escenario, por un lado estás brindando tu música y la alegría de estar ahí arriba, y por otro, recibís la energía de la gente que va a escuchar tu propuesta, a divertirse y que elige ese plan para pasar un buen momento con vos. Eso me parece hermoso, entonces siempre hay buena energía.
- ¿Cuál es tu meta?
Me encantaría llegar a los Grammy. También una de mis aspiraciones más fuertes es hacer giras grandes, cantar por el mundo en estadios con mucha gente. Hoy mi concentración es seguir haciendo música, que la gente se pueda identificar, que empiece a escucharlas.
- ¿Con qué palabras definís este presente?
Crecimiento y desafíos. También, reencuentro conmigo misma en muchos aspectos.
CAFÉ CON CLASES
“Me encanta el café, consumo mucho. En la merienda me encanta la taza enorme, mitad leche, mitad café, con edulcorante”, cuenta.
Su agenda está completa de lunes a lunes con diferentes actividades de formación. Toma clases de baile, inglés, piano, guitarra y producción, la mayoría por la mañana, porque prefiere tener más libre la tarde para hacer algo distinto.
Hace tres años dejó Villa María, la ciudad cordobesa donde nació, para instalarse en Buenos Aires. Como extrañaba a sus mascotas, sus papás le regalaron a Kayra, una perra que durante la entrevista duerme a sus pies.