AMELIA
El viento la había transformado en una mujer celeste, hasta sus pecas de la cara eran de ese color, todo lo que tocaba el viento lo pintaba de colores. En el cielo se veía al viento como si fueran cintas verdes y amarillas. Un hombre pasó corriendo cerca de Amelia, ella preguntó si le pasaba algo, el hombre contestó que no quería que el viento lo llenara de colores, a él le gustaba ser un hombre en blanco y negro. Un hada vestida de verde con un paragua rosa, la esperaba en su jardín cuando Amelia entró a su casa, al pasar por el jardín habló con el hada.
Amelia: Hola.
Hada: Hola te quiero mostrar algo.
Amelia: ¿Qué cosa?
Ambas caminaron hacia la playa hasta llegar a una casa color celeste con tejas rojas toda deformada, hasta los faroles de la entrada estaban torcidos.
Hada: ¿Ves? Es una casa deformada, es así porque allí vive el viento.
Amelia: El viento no descansa nunca, qué desorden debe haber en su casa, al estar siempre moviéndose.
Amelia se acercó a la puerta, quería saludar al viento, el piso de la entrada comenzó a moverse. Amelia sufría de vértigo, se mareó y decidió volver a su casa en busca de quietud. El hada la acompañó desde lejos.
“No necesitas saberlo todo, empieza con lo que sabes
(frase de película)”.
Sandra Artaza
(58 años, Córdoba Capital)
LOS GATOS CONQUISTAN
“¡Hola, soy Luana! Le pedí permiso a mi abuela para ocupar ‘La Página en Blanco’ e hice un dibujo de lo que más me gusta, los gatitos. Espero les guste. Chau”.
Luana Camila Teves
(8 años, Villa Ángela, Chaco)
UNA FLOR A MAMÁ
“Aprendiendo a escribir mi nombre con Convivimos de Naranja X”.
Caleb Benjamín Arévalo
(4 años, Paraná, Entre ríos).