Fotos: Fernando Giampieri (Estudio Mignone).
Ingredientes:
- 200 g de polenta instantánea
- ½ litro de caldo o agua
- Sal y pimienta, a gusto
- 30 g de manteca
- 1 cda. de perejil picado
- 3 cdas. de queso rallado
- Aceite de oliva c/n
- 500 g de hongos frescos (champiñones, gírgolas, portobellos)
- 50 g de queso provolone
Aceite de rúcula:
- ½ atado de rúcula
- 1 diente de ajo
- Aceite de oliva c/n
- Sal a gusto
- Rúcula fresca para decorar c/n
PREPARACIÓN:
Primero preparar la polenta, para esto poner el agua o caldo en una olla mediana y llevar a hervor. Añadir de a poco, en forma de lluvia, la polenta, mientras se revuelve constantemente. Continuar revolviendo sobre el fuego hasta que espese. Condimentar con sal y pimienta. Añadir la manteca en cubos, el perejil picado y el queso rallado.
Volcar sobre una bandeja cubierta con film o papel antiadherente. Extender con una espátula de manera uniforme, logrando una capa de 2 cm de espesor. Enfriar en la heladera durante 30 minutos.
Para el aceite de rúcula: licuar o mixear la rúcula limpia, sin los tallos, con el ajo, la sal y el aceite de oliva en cantidad necesaria. Reservar.
Cortar los hongos en láminas.
Calentar una plancha o grilla a fuego medio. Desmoldar la polenta y cortar en cuadrados de 8 a 10 cm de lado. Rociar con aceite la grilla y dorar la polenta 2 o 3 minutos por cada lado. Dorar también los hongos y condimentarlos.
Para servir, colocar la polenta grillada caliente, en platos, poner encima los hongos también calientes y terminar con láminas de queso, el aceite de rúcula y hojas de rúcula fresca.
TIP
Para que quede más crocante, se pueden espolvorear con un poco de harina los cuadrados de polenta, antes de grillarla.