Fotos: Fernando Giampieri (Estudio Mignone)
INGREDIENTES:
- 10 cebollas medianas o 1 kg
- 1 hoja de laurel
- 1 o 2 ramitas de tomillo
- 50 g de manteca
- 4 cucharadas de aceite de oliva
- 2 cucharadas de harina
- 250 ml de vino blanco seco
- 1 y ½ litro de caldo de carne o fondo oscuro
- 80 g de queso gruyère
- 4 a 8 rebanadas de pan francés o baguette
- Perejil picado para servir c/n
- Sal y pimienta a gusto
PREPARACIÓN:
Cortar toda la cebolla en juliana fina.
Calentar una sartén grande con la manteca y el aceite de oliva. Agregar la cebolla, el laurel y el tomillo. Cocinar a fuego bajo hasta que comience a caramelizar, aproximadamente 30 minutos.
Las cebollas deben estar bien doradas; vas a notar que reducen hasta una cuarta parte.
Espolvorear con la harina (para dar consistencia más espesa) y mezclar bien. Incorporar el vino, dejar evaporar y luego cubrir con el caldo. Mezclar, tapar y continuar cocinando por unos 15 minutos a fuego bajo. Condimentar con sal y pimienta al final.
Llenar cuencos aptos para horno con la sopa. Poner arriba 1 o 2 rodajas de pan y espolvorear con el queso gruyère rallado. Llevar al horno hasta gratinar. Retirar, espolvorear con perejil picado y servir.
TIP
El secreto de esta sopa, además de la cebolla muy bien caramelizada (casi como una mermelada), es fundamentalmente un rico caldo. Conviene hacer uno casero, dorando bien huesos de vaca (si tienen algo de carne, mejor) y luego agregando los vegetales básicos (cebolla, puerro, zanahoria, apio, ajo), aromatizar con laurel y algunas hierbas, como romero, tomillo, perejil, orégano. Cubrir con agua, dejar que rompa el hervor y luego bajar el fuego y continuar cocinando por aproximadamente 4 horas. Colar y enfriar para retirar más fácil la grasa y listo para usar.