Mes de elecciones importantes, pero siempre hay que tomar la mejor decisión para disfrutar del mejor vino posible, de acuerdo a las circunstancias. Enfrentar la gran diversidad que ostentan las góndolas es más fácil de lo que parece, porque tener muchas opciones en cada segmento es una gran ventaja; exclusiva de países productores. Como la calidad ya no es un valor agregado, sino una obligación, tampoco es una preocupación. Sí son importantes la ocasión y la compañía, también la comida. Y, sobre todo, el objetivo esperado con la botella, ya sea para consumo o regalo. Definido el presupuesto, hay que encarar la góndola sabiendo que las recomendaciones del sommelier de turno son valiosas.
Qué tipo de vino elegir: los blancos y rosados son más jugados, en cambio los espumosos, una fija para celebraciones, y los tintos, los más aceptados. Si hay variedades preferidas, tenerlas muy en cuenta, porque no hace falta ser experto para saber lo que a cada uno le gusta. Obviamente puede ser un blend, mejor dominado por la uva elegida. Las zonas son aún una lotería en materia de gustos, pero cuanto más específica es la región en la etiqueta, mayor carácter de lugar tendrá el vino, al menos en sus intenciones. El “con o sin madera” ya dejó de ser la cuestión, porque lo importante no son los meses en barrica, sino que la crianza no sea protagonista. Cosecha, ¿nueva o vieja? Al improvisar, siempre es mejor apostar por añadas recientes. Y sobre marcas, también está todo escrito, aunque las conocidas son sinónimo de garantía.
TIPS
El 18 de octubre es el #ChampagneDay, una celebración global impulsada por la afamada denominación de origen francesa. Y si bien acá no es una fecha muy importante, el vino espumoso ocupa un lugar de privilegio desde hace décadas. Es cierto que todavía no posee nombre propio, como sí tienen los españoles para sus Cava. Pero es el más elegido para los festejos, y es cada vez más descorchado para acompañar comidas. Con más de 300 años, es el vino más famoso del mundo. Cuenta la historia que Claude Moët; comerciante de vinos de Epernay que fundó la Maison Moët en 1743, fue quien inició la transformación del Champagne, convirtiéndolo en un vino de élite, y favorito de cortesanos en toda Europa, como el Zar Alejandro I de Rusia, el Rey Carlos X de Francia y Napoleón Bonaparte, entre otros. Hoy, en la Argentina, hay algunos espumantes que están a la altura de los mejores exponentes internacionales.
MINIGUÍA DE VINOS
La Linda
Sweet Viognier 2018
Luigi Bosca
Maipú, Mendoza
$325
88,5 puntos
Se acomodó con las cosechas, y hoy es un blanco dulce natural que sorprende por sus aromas fragantes. Con un carácter frutal (durazno) típico de la variedad, y la frescura y dulzura que se sienten muy bien integradas; clave para poder disfrutarlo en ocasiones informales. Ideal para compartir al aire libre, acompaña muy bien todo tipo de ensaladas y sándwiches.
Finca Ferrer
Syrah 2014
Bodega Finca Ferrer
Gualtallary, Valle de Uco
$450
89 puntos
En este Syrah de altura, además del varietal y del lugar, habla la madurez del tiempo. Tinto completo, de aromas tan equilibrados como especiados. De entrada, suave, pero paso intenso, paladar fresco, con dejos ahumados y de frutas pasas, taninos amables y un final profundo. Y aunque tiene más vida por delante, está para ser descorchado; mejor con cordero braseado.
Gaia
Red Blend 2018
Domaine Bousquet
Gualtallary, Valle de Uco
$599
89 puntos
Original blend, por dentro y por fuera, elaborado a base de uvas orgánicas Malbec (50%), Syrah (45%) y Cabernet Sauvignon, provenientes de viñedos propios. De muy buena fluidez, expresivo y con un carácter de fruta nítido. Hay agarre con frescura, y eso habla de su vivacidad. De buen volumen y trago muy agradable. Ideal para acompañar carnes rojas a la parrilla.