Un reciente estudio publicado en la revista Occupational & Environmental Medicine sugiere que trabajar muchas horas podría provocar cambios estructurales en el cerebro, especialmente en áreas relacionadas con la regulación emocional y las funciones ejecutivas, como la memoria de trabajo y la resolución de problemas.
Los resultados, aún preliminares, destacan los riesgos del exceso de trabajo, que según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) está vinculado a más de 800.000 muertes anuales por enfermedades cardiovasculares, trastornos metabólicos y problemas de salud mental.
Investigadores coreanos analizaron imágenes cerebrales de profesionales sanitarios con jornadas prolongadas —definidas como 52 horas semanales o más— y observaron diferencias significativas en comparación con quienes trabajan horarios estándar. Utilizando técnicas de morfometría basada en vóxeles (VBM), el estudio encontró que el volumen del giro frontal medio, una región clave para la atención, la memoria de trabajo y el procesamiento del lenguaje, era un 19 % mayor en los trabajadores con exceso de horas. También se detectaron aumentos en otras 17 áreas cerebrales, como el giro frontal superior, implicado en la planificación y toma de decisiones, y la ínsula, asociada al procesamiento emocional y la conciencia del yo.
El análisis, basado en datos del estudio Cohorte Regional Ocupacional Gachon (GROCS), incluyó a 110 participantes, de los cuales un 28 % trabajaba de forma excesiva. Este grupo era más joven, con menos experiencia laboral y mayor nivel educativo. Los autores sugieren que los cambios observados podrían ser respuestas neuroadaptativas al estrés laboral crónico, aunque advierten que el estudio es observacional y no establece causalidad. “Estos resultados deben interpretarse con cautela debido al carácter exploratorio del estudio piloto”, señalaron.
Los investigadores subrayan la necesidad de estudios longitudinales con técnicas de neuroimagen más avanzadas para confirmar estos hallazgos y esclarecer los mecanismos subyacentes. Sin embargo, destacan que los cambios estructurales podrían explicar los problemas cognitivos y emocionales frecuentes en personas sobrecargadas laboralmente.
El estudio refuerza la urgencia de abordar el exceso de trabajo como un problema de salud pública. “Es crucial implementar políticas que limiten las jornadas excesivas para proteger la salud cerebral y general de los trabajadores”, concluyen los autores, abogando por un cambio en las condiciones laborales para prevenir los riesgos asociados al trabajo prolongado.