La literatura de Alejandro Palomas es como su propia vida: intensa. “Ando con pocas vueltas, soy muy directo. En mis libros es así, cuando hay enfado, es enfado, si es risa, es mucha risa”, le cuenta a Convivimos. El autor español pasó por el país presentando Una madre, la primera entrega de la trilogía que se completa con Un perro y Un amor. Con la última novela ganó el premio Nadal 2018 y no está convencido de haber puesto el punto final a la serie. “Sigo conviviendo con ellos. Estoy atrapado, pero cómodo”. A los personajes como Amalia, los crea pensando en Norma Aleandro.
Necesita ganarle al futuro en los golpes fuertes que le esperan. “Escribo para ganarle a la ansiedad de lo que va a pasar, vivir el duelo a priori de lo que no creía capaz de atravesar en la realidad. Y me sirvió, cuando murió Rulfo, resultó una bonita despedida, haber escrito Un perro fue muy sanador, sentí que ya había vivido esa muerte”, revela.
Quiere que sus historias vibren en las fibras internas del lector, porque “si escribes para el intelecto, para el laberinto del pensar, es apuntar al espacio de los prejuicios. El mundo actual está lleno de filtros y a mí no me gustan”. Por eso no hace referencias a la actualidad y se centra en los sentimientos. “Mi preocupación es que mis libros envejezcan bien, deseo que estén flotando en el tiempo. Las emociones son iguales hoy que hace dos siglos”.
- ¿Un libro que estés leyendo?
Las malas, de Camila Sosa Villada.
- ¿Uno que recomiendes?
Kramp, de María José Ferrada.
Una madre
Toda la familia está reunida y la noche será agitada. Secretos y mentiras están por ponerse en la mesa. Inspirado en su propio universo familiar, ofrece la historia de una madre y sus tres hijos, cada uno con sus propias confesiones.
280 págs.
Ediciones Destino