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Mendoza: Primavera en la tierra del vino

Desde su ciudad capital hasta los muy diversos paseos siempre cercanos a la cordillera y con el infaltable marco de lagos, lagunas y ríos, Mendoza es un lujo argentino en esta época del año.

Los aromas se realzan en primavera, como una explosión de esencias entre arboledas gigantes y las tan particulares acequias. Los aires de la región de Cuyo envuelven toda la comarca. Frescura y alegría, sol y montañas, gastronomía y los mejores vinos, amabilidad y calidez, pasado y un presente floreciente. En toda la provincia, y con un toque muy característico, Mendoza muestra su ciudad capital como el alma de una región exultante, aunque solamente como un ingreso, una puerta casi inevitable para una zona que se ofrece al turismo con sus atributos espectaculares. Como para disfrutar especialmente la estación del año donde la naturaleza explota y muestra sus mayores bellezas.

Y si de Mendoza se trata, un reconocimiento de la ciudad casi inevitablemente comienza por la espléndida plaza Independencia y sus cuatro manzanas desbordantes de verde intenso, flanqueada por acequias, integradas con grandes canteros con macizos florales, fuentes y esculturas. Una mixtura de cemento y naturaleza en una combinación llamativa: lo representa una amplia fuente con continuos juegos de agua centrales y laterales. Desde el atardecer se comienza a iluminar en blanco y celeste, con secuencias y movimientos ondulares que se asemejan al vuelo de la bandera patria. En el centro de la edificación, el denominado Friso de la Independencia, con la leyenda “La Libertad, esa gesta anónima”, obra de la escultora local Eliana Molinelli. Tras el terremoto de 1961 se reconstruyó el ingreso a la plaza por la calle Patricias Mendocinas, desde la peatonal. También se generó un complejo con el Teatro Municipal Julio Quintanilla, el Museo Municipal de Arte Moderno y el Paseo de las Artes.

Una maravilla muy característica, paseo obligado, es la peatonal Sarmiento: intensa actividad comercial y gastronómica en un ámbito colorido y natural, ideal como paso previo para ir a las Ruinas Jesuíticas de San Francisco o a los diversos museos de una ciudad que respeta su historia con fruición. 

Tanto como al parque San Martín y el cerro de la Gloria, un trayecto obligado al que se llega caminando unas cuadritas desde el centro, para admirar la creación del paisajista francés Carlos Thays: no es casual el parecido al Rosedal porteño de Palermo, ya que llevan la misma firma. Un lago artificial de mil metros de longitud, de forma irregular, en un predio de 307 hectáreas y, a un lado del parque, el cerro de la Gloria, con su monumento que homenajea las luchas de independencias lideradas por el general José de San Martín. Los portones de ingreso al parque son una verdadera joya de la herrería: fueron construidos en la fundición escocesa Walter MacFarlane y originalmente estaban destinados a un sultán de Turquía, que fue derrocado.

Otras alternativas atractivas son una recorrida por el Teatro Griego Frank Romero Day, con capacidad para cerca de 19 mil espectadores, que desde 1963 es el sitio elegido para el cierre de la Fiesta Nacional de la Vendimia. O el colorido Estadio Mundialista Malvinas Argentinas, el Museo de Ciencias Naturales, el Zoológico, el Parque del Aborigen o la Universidad Nacional de Cuyo.

LA MONTAÑA, CERCA O LEJOS 

A unas tres horas de viaje por las RN 40 y RN 143 desde la ciudad capital se puede arribar a la segunda ciudad provincial, San Rafael, que no solo tiene encantos en la ciudad, sino que ofrece el majestuoso cañón del Atuel, el Laberinto de Borges, el Valle Grande y la Villa 25 de Mayo, entre otras bellezas, además de los diferentes embalses (Agua de Toro, Los Reyunos, El Tigre, Galileo Vitale y otros), siempre con el horizonte de la montaña al alcance de la mano junto con las alternativas de lagos y riachos por doquier.

El camino desde el cañón hasta el embalse El Nihuil es de gran hermosura, con diversidad de paisajes de montañas y formaciones geológicas (el Sillón de Rivadavia, Museo de Cera, El Lagarto, Los Monstruos, Ciudad Encantada, El Mendigo, entre otros). El Valle Grande entrega una visión imponente y ofrece la posibilidad de realizar caminatas, cabalgatas, utilizar bicicleta de montaña o dedicarse al rafting en el río Atuel. El Laberinto de Borges, por su parte, fue creado en homenaje al gran escritor argentino; tiene 8700 m2 y diferentes recorridos. Y la Villa 25 de Mayo es el pueblo donde en 1805 se fundó el Fuerte San Rafael del Diamante, que luego dio origen a la ciudad: allí se recomienda visitar la réplica del antiguo fuerte y la iglesia Nuestra Señora del Carmen, ambas construcciones declaradas Monumento Histórico Nacional.

Una imagen impactante: Los Reyunos Dam, en la hermosísima región de San Rafael.

CUANDO PA’ CHILE ME VOY 

Claro que otra atracción estridente de Mendoza es el Cristo Redentor que se encuentra en el Paso Uspallata, a una altura de 3854 metros, a 9 kilómetros de la localidad de Las Cuevas, sobre el límite entre Argentina y Chile. Se llega desde la RN 7 mediante un camino muy sinuoso, con vistas deslumbrantes. El monumento es obra del escultor argentino Mateo Alonso y fue concluido el 13 de marzo de 1904, con el objetivo de cerrar una vieja disputa de límites entre chilenos y argentinos. Se trata de una réplica de uno que se encuentra en el Palacio de la Paz, en La Haya, donde sesiona la Corte Internacional. Fue declarado Monumento Histórico Nacional y Patrimonio Cultural de la Nación. Tiene una altura de siete metros y un peso de cuatro toneladas. 

Las Cuevas, en sí misma, tiene sus encantos muy particulares, toda vez que se trata de una población enmarcada en un paisaje de alta montaña donde se destacan las cumbres nevadas de la cordillera de los Andes. Ofrece una infraestructura hotelera. La mayoría de sus escasos habitantes trabaja en esas hosterías, en el paso fronterizo o se trata de personal de Gendarmería Nacional, Migraciones y Aduanas.

Desde allí, por caso, se suele visitar el Monumento Natural Puente del Inca, ubicado en un área natural protegida: es una formación geológica natural que atraviesa el río Cuevas, generada por la acumulación de sedimentos y sales minerales que se encuentran en aguas termales de la región, a una altura de 2730 msnm, en el Departamento de Las Heras. Se llega tras desandar 190 km desde la ciudad de Mendoza: está en el km 1219 de la RN 7.

La 7, justamente, es la que llega al límite con Chile. Ese es otro paseo casi obligado: el Túnel Internacional Cristo Redentor es el paso incrustado en la cordillera que comunica ambos países. El más utilizado por el turismo y también el más comercial. Diariamente transitan centenares de autos, ómnibus de pasajeros y camiones con mercadería. Está ubicado a 207 km de la ciudad de Mendoza y a 2 km del paraje Las Cuevas. Para absorber naturaleza, montaña y también conocer las beldades trascordilleranas.

Otra de las travesías que se pueden realizar en el día se trata de un paseo por el Parque Aconcagua, un área natural protegida de 71.000 hectáreas que mantiene de un modo cautivador el ecosistema de alta montaña, con su flora y fauna. Se arriba por la RP 7 (la misma que llega al túnel Cristo Redentor y a la frontera con Chile). En su horizonte, sobresale, claro, el imponente cerro Aconcagua, con sus 6962 metros: la cumbre más alta de América. Está ubicado en la cordillera de los Andes, a 185 km de la capital provincial.

El Chateau d ́Ancón, la tradicional casa de Lucy Bombal. Una leyenda mendocina.

UNA COPITA Y VOLVEMOS 

Una frase recurrente lo define con notable precisión: “Mendoza es sinónimo de vino”. Y no reiteramos un capricho publicitario, sino que se trata de la provincia argentina en la que se produce la mayor cantidad de vinos en el país. Ya los propios mendocinos afirman, con orgullo y con pasión, que, a su vez, la mayoría de esos productos son de una calidad excelsa. Esa característica, que está asociada a la naturaleza junto con la histórica y esforzada labor de los vinicultores, se la vincula con acierto al aspecto turístico: desde hace varias décadas que distintas zonas de la provincia son capitalizadas con actividades como tours de cata, visitas a las bodegas, etc. 

En muchísimos de los casos, se puede hacer base en la propia ciudad capital y trasladarse a las distintas fincas o empresas, ya que las localidades que ofrecen sus mejores bodegas se encuentran a distancias prudenciales de Mendoza. 

Justamente, las poblaciones con mayor concentración de bodegas son Maipú (13,1 km de Mendoza), Luján de Cuyo (18,5 km) y Godoy Cruz (7,7 km), verdaderamente cercanas, por lo que son frecuentes los tours de ida y vuelta en el día. Un poco más lejana se encuentra Valle del Uco (63,3 km), en tanto un cónclave vitivinícola muy importante como San Rafael (234,5 km) también ofrece recorridos por la ruta del vino diarios o de varias jornadas, que se pueden combinar con infinitos paseos por las regiones aledañas. La mayoría de las agencias de viajes y hoteles de la capital ofrecen excursiones y tours.

Algunas de las bodegas que se pueden visitar son: 

En Coquimbito: La Rural, Trapiche, Tempus Alba o Viña El Cerno. En Maipú: Familia Zuccardi, Trivento, Cava de Don Arturo, Familia Di Tommaso, Familia Cecchin, Domain St. Diego o Carinae. En Godoy Cruz: Luigi Bosca. En Luján de Cuyo: Norton, Lagarde y Terrazas de los Andes. En General Gutiérrez: López. En Barrancas: Finca Flichman. En San Rafael: Bianchi, Goyenechea, Jean Rivier, La Abeja, Iaccarini, Suter, Lavaque, Balbi o Lebiano. En Agrelo: Chandon o Catena Zapata. En Tunuyán: Salentein. En Cruz de Piedra: Vistandes. Por supuesto que existen muchas otras, inclusive las llamadas “bodegas boutique”.

En definitiva, son apenas algunas pocas variantes para reconocer una de las provincias más atractivas de la Argentina y, antes de finalizar el recorrido, ya pensar en cuándo visitarla de nuevo…

El rafting; otras grandes atracciones las brindan los ríos, arroyos y otros cursos de agua en toda la provincia.

PARA TODA LA FAMILIA 

Entre muchas variantes de lugares que ofrece Mendoza, a cada cual más atractivo, aparecen las termas de Cacheuta, elegidas por las familias para ser disfrutadas por los integrantes de todas las edades. Es uno de los sitios mendocinos más visitados por los turistas en los últimos años, por sus aguas que contienen diferentes minerales con propiedades terapéuticas. Se llega por la RP 82, y están ubicadas en el Departamento de Luján de Cuyo, en medio de una de las rutas del vino.

UNA MANSIÓN EMBLEMÁTICA 

En abril pasado, abrió sus puertas el Chateau d’Ancón, anunciado “para vivir una experiencia única en el Valle de Uco”, como una opción de alojamiento “singular y elegante”, con “el Cordón del Plata como custodio imperturbable del paso del tiempo”. Se trata de una de las mansiones más emblemáticas, perteneciente a la familia Bombal, una de las más tradicionales, instalada en la estancia de más de 2300 hectáreas. Un castillo construido en 1933, de estilo ecléctico, con reminiscencias neocoloniales californianas y francesas, rodeado de bosques de nogales, vides, castaños, cerezos, caballos y su cabaña de ganado Aberdeen Angus. Además del confort en el hospedaje cinco estrellas y una “hospitalidad contemporánea”, ofrece una gastronomía con producción propia, la cocina de autor, a la par de diversas variantes de turismo aventura. Y, como si fuera poco, una colección de tapices y obras escultóricas y pictóricas, así como una biblioteca que alberga una colección de libros de más de un siglo de antigüedad en francés, inglés, alemán y español.

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