Fotos: Ignacio Cross
Se prende una luz, la primera de la temporada… Luego otra más. Al instante, una nueva. Finalmente, son cientos y cientos. El cielo empieza a oscurecerse y por la ladera de la montaña van bajando las lucecitas saltarinas. Se reproducen mientras parecen hormiguear en dirección a la ciudad del fin del mundo. Bajan en un modo lento, pero insistente. Ese mar de luciérnagas transita por la historia y por el presente, rumbo al centro. Una imagen tan espectacular como mágica, alucinante, repleta de emoción, de alegría. Porque no significa otra cosa que el aviso del éxito eterno, aunque se trate del inicio formal de una nueva temporada. Como si fuera el comienzo de una nueva etapa de la vida.
Estamos en presencia de la increíble Bajada de Antorchas, que se realiza todos los años en Cerro Castor, que se inicia en el corazón de la montaña donde se encuentran unas pistas de esquí que son realmente sensacionales. La manifestación folklórica tan particular se desliza hacia la mismísima costa de Ushuaia, que la recibe con la energía y satisfacción de considerarla el lanzamiento de una fiesta que hace deslumbrar a cada uno de los miles de visitantes que durante todas las temporadas invernales le otorgan una nueva impronta social y económica a la urbe más austral del continente.
Declarada Fiesta Nacional, organizada por el Instituto Fueguino de Turismo y transmitida por la Televisión Pública Fueguina, la Bajada de Antorchas se renueva año tras año como se renuevan las inigualables pistas de esquí y de snowboard de Cerro Castor. Significa el augurio de la llegada de entusiastas deportistas, tanto de los más avezados como de los menos experimentados.
Lo que no significa otra cosa que la ratificación del posicionamiento de las extraordinarias características turísticas de la provincia de Tierra del Fuego como un destino de nieve de nivel supremo.
MANTA BLANCA
La imaginación puede volar, por caso, hasta pisar esa nieve suave como pocas. Si se abren los ojos, se podrán contemplar unas inconmovibles piedras gigantescas que nacen en el alma del planeta. Son montañas que forman parte del final sureño de la cordillera de los Andes, cubiertas por acá y por allá de una manta rabiosamente blanca que desliza su pendiente hasta acabar en valles irregulares en los que uno puede adentrarse en los caminos del bosque. Como perlitas refulgentes, en el firmamento, aparecen los refugios de montaña.
El éxtasis: una humeante taza de chocolate caliente luego de haber practicado esquí alpino o snowboard, lo mismo da: solamente se puede relatar esa realidad invocando al concepto más preciso de lo que significa la felicidad…
La aventura comienza en el mismísimo momento en que el avión toca la pista del Aeropuerto Internacional de Ushuaia Malvinas Argentinas, a la vera del icónico canal Beagle, en el extremo sudeste de la isla Grande de Tierra del Fuego. En el cuerpo y en el alma, con la mínima sensibilidad, se advierte la inigualable sensación de la cercanía de la Antártida y de las míticas islas del Atlántico Sur. A un racimo de metros del aeropuerto se encuentra el Faro Les Éclaireurs; a un puñado de kilómetros al este, el faro del Fin del Mundo (el de San Juan de Salvamento). Se trata, entonces, de la llegada a “una ciudad de cuento, de una belleza natural que estremece los sentidos”. Por lo tanto, ver ese espectáculo desde el aire es simplemente el comienzo de la historia.
Ni que hablar si la travesía turística se continúa en el tan seductor centro de esquí ubicado nada menos que en el punto más austral del país, uno de los mayores orgullos de Ushuaia. El complejo Cerro Castor es realmente espectacular. A solo 26 kilómetros de la ciudad, el espacio abarca una región de unas 650 hectáreas y un total de 1057 metros de altura. El lugar está especialmente acondicionado para realizar “los deportes de nieve que los fanáticos esperan todo el año”, como advierten sus responsables. El centro ofrece a sus visitantes una red de estructuras de nieve de más de 36 pistas a las que se accede mediante 13 medios de elevación.
Pero, por otra parte, cuenta con un espectacular snowpark, el más grande de Sudamérica; otro circuito de esquí-cross que se complementa con el área exclusiva para principiantes; la pista de patinaje sobre hielo y el impactante circuito de esquí de fondo. Para completar la infraestructura que lo ubica en lo más alto de la consideración de los especialistas, Cerro Castor cuenta con 45 cañones y lanzas para la fabricación de la nieve de mejor calidad que se pueda hallar. Desde la propia entraña de la empresa que gestiona el complejo –conducida por Juan Carlos Begué y su familia– se señala que, de ese modo, “se logra asegurar la mejor temporada posible”. Destacan una novedad de este 2024: la instalación y extensión de red de nieve artificial en la pista Gran Castor.
Para abarcar a todos los públicos, Cerro Castor cuenta con más de 120 instructores.
Cómo será que la propia Federación Argentina de Esquí eligió para esta temporada las instalaciones de Cerro Castor y su calidad de nieve diferencial para promover la llegada de los mejores equipos del mundo con el objetivo de que desarrollen su entrenamiento de alto rendimiento, con la vista puesta en las competiciones internacionales. Desde el ente rector advierten que por “sus características y por su calidad de nieve, es el centro con mayor número de equipos internacionales entrenando a lo largo de la temporada”.
BIENESTAR PARA TODOS
Además, ofrece todo el confort que requieren los visitantes más exigentes. Por ejemplo, , los esquiadores tienen a su disposición un esquí lodge con 15 cabañas y su correspondiente spa.
En la oferta se considera el aprendizaje de modo muy especial. Justamente, para que abarque a todos los públicos, en Cerro Castor se erige una escuela que cuenta con más de 120 instructores. Promueve clases particulares y colectivas a cargo de los mejores profesionales, para aprender desde cero o perfeccionarse en estas disciplinas. Las clases privadas representan la opción más indicada para aquellos que requieren el máximo de atención de su instructor. Las grupales son las más apropiadas para grupos cerrados de amigos, delegaciones y equipos más avezados. Lo usual es que se dicten en módulos de dos horas.
La alternativa de hacer una caminata con raquetas de nieve se convierte en una actividad ideal para disfrutar de la paz y el silencio inigualable de los bosques nevados, en los que se puede hurgar por los más infinitos rincones y hallar especies de la fauna y la flora más exótica.
Y, por supuesto, una joyita en el cerro: una especie de complejo para los más chicos. Ofrece escuelitas de esquí y actividades para niños, que se integran entre sectores para las distintas edades: de 7 a 13 años, con grupos formados por similar nivel técnico; la escuelita de snowboard, a la que asisten chicos de 8 a 14 años, en especial con nivel principiante; el Jardín de Nieve, que se presenta como una miniescuela para chicos de 3 a 6 años, donde podrán dar sus primeros pasos en el maravilloso mundo del esquí. Y, claro, también la guardería al pie del cerro, para bebés a partir de los 3 meses hasta los 3 años, en un moderno edificio, para que los mayores puedan quedarse lo más tranquilos mientras despliegan sus aventuras más extraordinarias en las pistas.
GUSTOS Y FRAGANCIAS
La oferta gastronómica es un factor preponderante para todo aquel centro turístico que se precie de ser considerado en la elite mundial. Justamente Cerro Castor cuenta con ocho puntos de referencia gastronómica: cuatro de ellos se hallan en la base misma del cerro y otros cuatro están ubicados en distintas alturas. Son la Morada del Águila, Terrazas del Castor, Snowbar, Restaurante 480, La Barra, Viejo Castor, Ona House, Alpino Sports Bar.
Las variantes son por demás diversas: la exquisitez sin par que puede ser la degustación de un increíble cordero fueguino a la cruz, cocido lentamente a fuego de lenga, o bien una cazuela de cordero que puede ir con pimientos, papas, zucchinis y cebollas, por ejemplo. Sea almuerzo o cena, se puede completar con una increíble sobremesa con un licor de crema al café artesanal o con un exquisito whisky en torno al hogar a leña. Por la tarde se impone un chocolate caliente acompañado por diversas tortas, siempre munidas por frutos rojos. El broche ideal para una jornada asombrosa.
Y como si hiciera falta, un bonus: la leyenda, fácilmente corroborable, advierte que del canal Beagle se extraen las mejores centollas del mundo. Es que allí también se plantean inigualables condiciones para la pesca, a más de 1000 metros de profundidad, de la merluza negra, codiciada en todos los rincones del planeta.
Por eso, una visita a Cerro Castor es una excelente alternativa para todo aquel que esté en condiciones de lograrlo. Las pistas tienen su acceso en el km 26 de la RN 3 y comparte la atracción con otras pistas, como las del Club Andino, el Valle de los Lobos, el Solar del Bosque, Nunatak, Valle Hermoso, Las Cotorras y Haruwen.
En este 2024 hubo varios lanzamientos de la temporada invernal. El Cerro Castor, el sábado 15 de junio, abrió el acceso a la Pista de Patinaje y el punto gastronómico Morada del Águila. Se adelantó a la apertura establecida previamente para el viernes 28 de junio. Claro que desde esas horas y más aún el 9 de julio, cuando formalmente las antorchas bajaron del cerro “inaugurando” la nueva temporada, este año las condiciones climáticas auguran que esta llegará al menos hasta octubre, para que miles de fanáticos del esquí y el snowboard disfruten de una experiencia alucinante en el fin del mundo.
A orillas del canal
Se lo promociona como el único hotel ubicado a orillas del canal Beagle. Los Cauquenes Resort + Spa + Experiences ofrece una oferta exclusiva para huéspedes en la base del Cerro Castor. “El ski point tendrá una capacidad aproximada para 20 personas y estará equipado con livings y áreas de descanso con cómodos sillones. Esperamos mejorar significativamente la experiencia de quienes nos visitan. Que se sientan cómodos y bien atendidos”, resumen María Zaefferer y María García Maggi, quienes fueron las encargadas de diseñar este atrayente y moderno espacio que no es solo un alojamiento. “Es una estructura innovadora”, añaden. El hotel cuenta además con el Spa del Fin del Mundo y el restaurante Reinamora. Ofrece una “propuesta única con dos programas de 7 y 4 noches: el Ski Week y el Mini Ski Week”. Para conocer más: www.loscauquenes.com.