Fonseca se une a uno de sus ídolos de vida y de música: el legendario Rubén Blades para presentar “Nunca me fui”, una canción, tan profunda como poética, se convierte en un homenaje sentido al lugar que nos vio nacer, al que elegimos para vivir y a todos aquellos que han emprendido un viaje buscando nuevas oportunidades sin olvidar sus raíces.
“Nunca me fui” no es solo una canción, es un acto de amor. Es un canto que une generaciones, geografías y sentimientos con un poderoso mensaje: nadie se va del todo mientras conserve su cultura, sus recuerdos y su dignidad. Una invitación a reconocer el valor de nuestras raíces y el poder transformador de los nuevos comienzos.
El periodista Santiago Sanabria Uribe, que entrevistó a Fonseca para la revista Rolling Stone en español, le preguntó cómo había llegado a esta canción y cómo había sido el proceso creativo detrás de ella. El artista colombiano respondió:
“Yo llevo varios años viviendo fuera de Colombia, vivo en Miami hace 13 años. Un día me junté con Andy Clay que es el productor con quien estoy trabajando este álbum y con quien he trabajado ya varias veces en el pasado, cubano él, también estaban Yoel Henríquez que es puertorriqueño y Nabález que es bogotano, todos viviendo fuera de nuestro país. La sesión de composición empezó justamente hablando de eso, de la migración hoy en día y sobre todo de eso que decimos en la canción, que de cierta forma uno nunca se va del lugar en que nació, por más años que vivas lejos, jamás se olvida, uno cierra los ojos y los recuerdos y tantas cosas se sienten mucho. Quisimos hacerle una canción y un homenaje a ese sentimiento.
La gratitud dentro de mi música siempre ha jugado un papel fundamental, en este caso una gratitud por mi tierra, los recuerdos, la familia, los amigos… de pensar también en tanta gente que hoy en día migra por varias razones, como esta canción les va a revolver algo por dentro pero también le va a generar algo bonito y positivo.
Esta canción nace de una mezcla de situaciones personales y también de imaginarnos a esas personas que están caminando por la carretera, personas que cruzaron de Venezuela a Colombia y van caminando probablemente a otro país… pero en realidad su corazón no se ha ido de Venezuela.
Es importante humanizar la migración, la xenofobia es terrible, a la gente se le olvida que ese migrante lleva en la maleta recuerdos, melancolías, dolores y muchas veces hasta arrepentimiento de dejar a su país. No es una canción política pero definitivamente si fue pensada dentro de tanta migración que vivimos hoy en día”.