Clotilde Acosta Badalucco -su nombre de bautismo- nació el 3 de octubre de 1940 en la ciudad de Mar del Plata. Como contó en muchas oportunidades, su madre -que también se llamaba Clotilde- siempre la llamó “Nacha”. En una entrevista televisiva que le hizo Hola TV, la actriz reveló el porqué de la elección de su nombre artístico:
“Mi madre, no sé por qué razón, nunca me llamó por minombre; me llamaban Nacha. Y el Guevara es una historia un poco más compleja. Es un homenaje mixto a mi padrastro, que se llamaba Guerrero, y a Ernesto Guevara, que yo admiraba”, contó.
A su padre -Estanislao Hipólito Acosta, que formaba parte del plantel del famoso club El Atlético, de esa ciudad balnearia, lo conoció a los 46 años. “Tuve una madre muy difícil, y un padre abandonador, que se fue cuando yo tenía seis meses”, contó en el ciclo de entrevistas de Infobae Llegué hasta aquí, en 2021. En esa oportunidad también reveló que, en 1986, después de volver del exilio en España, decidió conocerlo. “Fui a hacer un espectáculo a Mar del Plata durante el verano. Y mi padre era de Mar del Plata, entonces de alguna manera, todas las noches mi fantasía infantil decía: ‘Esta noche va a aparecer’. Estaba tremendamente enojada con que ese hombre no se hubiera acercado a ver a su hija. Entonces llamé a mi hermana, que sí tenía alguna relación con él, y le dije: ‘Acompañame por hoy lo voy a ir a ver’. Llegué, me enfrenté a él y le dije todo lo que tenía ganas de decirle. Me descargué de todo”, recordó.
SINÓNIMO DE VANGUARDIA
Nacha estudió danzas clásicas en el Teatro Nacional Cervantes y actuación con Juan Carlos Gené; fue modelo y en 1968 también hizo teatro dirigida por Juan Silbert en Locos de verano. A los 28 años, presentó un espectáculo experimental de canciones titulado Nacha de noche. Un año más tarde, en 1969 llegó Anastasia Querida junto a Alberto Favero, músico que la acompañaría durante su carrera.
Sinónimo de vanguardia y provocación, el Centro de Artes Visuales (CAV) del Instituto Di Tella, dirigido por el crítico cultural Jorge Romero Brest, también la tuvo entre sus artistas. El CAV fue el centro que le dio la verdadera fama al Instituto Di Tella. Fue el lugar donde se dieron a conocer el neofigurativismo y, sobre todo, el arte pop. Y fue, sobre todo, una experiencia artística que cambió el panorama cultural de Argentina.
Además, fue un “semillero” de artistas que luego tuvieron reconocimiento nacional e internacional. Además de Nacha, entre ellos figuran: Marta Minujín, Dalila Puzzovio, Antonio Berni, Jorge de la Vega, Juan Carlos Distéfano, León Ferrari, Gyula Kosice, Julio Le Parc, Luis Wells, Rubén Santantonín, Marilú Marini, Nacha Guevara y Les Luthiers.
EXILIO Y REGRESO
En 1975, durante el gobierno de Isabel Perón, la actriz recibió amenazas de la Triple A y tuvo que abandonar el país. “Aparece una mañana en el periódico esa amenaza que nos daba 48 horas a Héctor Alterio, a Horacio Guaraní, a Luis Brandoni, a Norman Briski y a mí para salir del país”, detalló en un reportaje. Así, Nacha Guevara estuvo exiliada desde el 3 de enero de 1976 hasta el 28 de octubre de 1983.
De regreso en el país con la vuelta de la democracia, también volvió a los escenarios, hizo teatro, cine, televisión y música. Recibió dos Martín Fierro y dos Premios Kónex de Platino, entre los muchos galardones de su extensa trayectoria.
Hoy, Nacha sigue concentrando la atención del gran público en Cantando 2024, el reality que se emite por la pantalla de América TV.
Esta noche, seguramente sus compañeros y amigos le cantarán el “Feliz cumpleaños”, sin que el número eclipse los festejos. Porque como dice en “80 y cantando”, la canción que formó parte de su espectáculo “Nacha en pijama” y que repasa momentos de su historia, “he atravesado miles de tormentas, pero sin sacar cuentas”.
Flor Peña presenta a Nacha Guevara en Cantando 2024: