Un lobo marino macho juvenil de la especie de Dos Pelos Sudamericano (Arctocephalus australis) regresó al mar, desde las playas de San Clemente, durante la mañana del sábado pasado 19 de octubre, luego de atravesar un proceso de rehabilitación de poco más de un mes, en la Fundación Mundo Marino. El animal había sido rescatado inicialmente el 8 de septiembre por personal de Defensa Civil y del Ecoparque porteño en la Reserva Ecológica Ciudad Universitaria Costanera Norte, ubicada en el barrio de Belgrano.
Según informa el responsable de prensa de la Fundación Mundo Marino, en una primera etapa, el animal recibió los primeros auxilios por parte del equipo del Hospital Veterinario de Fauna Silvestre del Ecoparque. En ese lugar se lo hidrató con vitaminas y minerales, se lo alimentó y se le realizó una extracción de sangre para conocer su estado de salud general. Una vez estabilizado, el animal fue derivado a la Fundación Mundo Marino, donde arribó el 17 de septiembre.
“Al llegar a nuestro centro de rescate observamos que el animal tenía una buena actitud alimenticia y comportamental. De hecho, comía pescado por sus propios medios, lo cual era un signo positivo. Sin embargo, luego de tomarle una muestra de sangre, detectamos un alto nivel de glóbulos blancos y enzimas hepáticas, lo cual nos indicaba un cuadro compatible con una hepatitis de posible causa bacteriana. En ese sentido, empezamos un tratamiento con antibióticos y protectores hepáticos para revertir ese cuadro”, explicó Juana Caferri, médica veterinaria de la Fundación Mundo Marino.
No es la primera vez que ingresa al Centro de Rescate de la Fundación Mundo Marino un lobo marino que apareció en aguas fluviales. A mediados de julio de este año, otro animal de la misma especie, fue rescatado por Prefectura Naval Argentina y Fundación Temaikén, en una zona del Delta del Paraná, a la altura de Escobar. Respecto de por qué pueden aparecer estos animales en cauces fluviales, Juan Pablo Loureiro, médico veterinario y director técnico de la Fundación Mundo Marino, sostiene: “Siempre se trata de animales juveniles, sin compromiso reproductivo, cuya única responsabilidad es la actividad de forrajeo, es decir, de búsqueda de alimento. Ellos tienen una preferencia por las aguas del Estuario del Río de La Plata y de la Bahía Samborombón, por la oferta de alimento que les ofrece”.
En el caso del lobo marino rescatado en la Reserva Ecológica Ciudad Universitaria Costanera Norte, su reinserción se llevó a cabo durante la mañana del sábado 19 de octubre, frente a la presencia de alumnos de la carrera de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de La Plata. Los estudiantes se encuentran cursando la materia optativa Biología, Medicina y Conservación de Fauna Marina, cuya parte práctica incluye actividades en la Fundación Mundo Marino.
ACERCA DEL “LOBO DE DOS PELOS”
Como sucede en el caso de otras especies de pinnípedos, esta especie es polígama y paren una cría al año. Pertenece a la familia de los otáridos y se diferencian de los fócidos (focas), por poseer pabellón auricular detrás de sus ojos y por utilizar sus aletas posteriores para la locomoción (las focas, en cambio, reptan con el vientre).
La distribución del Lobo de Dos Pelos es amplia y va desde la Isla de Marco, en Uruguay, hasta la Isla Mayorca, en Perú. Existen grandes agrupaciones de esta especie en islas uruguayas como son la Isla de Lobos, Islas de Torres, e Islas de Castillo Grande, en el norte del Estuario del Río de la Plata.
Su nombre se debe a que poseen 2 capas de pelo: una interna, impermeable que mantiene la piel seca, y otra externa, que cubre a la primera y otorga el color al animal. Los machos alcanzan una longitud cercana a los 2 metros y un peso de 150 kilogramos, en tanto que las hembras llegan a medir 1,40 metros y pesar hasta 60 kilogramos.
Su alimento son los langostinos, camarones, calamares y distintos tipos de peces.