Beautee Calzados se distingue por sus botas texanas, impactantes y de calidad. Entrevista a Ariel Minetti, tercera generación de zapateros.
Foto: Pato Pérez
Ariel Minetti viene de una familia con una larga trayectoria en la industria del zapato, y en la actualidad es socio de Beautee Calzados, empresa especializada en botas texanas para damas. Se distinguen por sus modelos para un target alto, pero con estilo informal. Y más aún: audaz. Como muchos emprendimientos postpandemia, se manejan hasta ahora a través de las redes sociales
–aunque proyectan tener un local en un futuro cercano–. Por lo pronto, su hábitat natural es el taller de calzado: el comienzo de todo, donde cada modelo se piensa, se diseña y se fabrica.
- ¿Cómo surgió la empresa y cómo es su estructura?
Somos la tercera generación de una familia de zapateros y ahora estamos en una nueva etapa por habernos reseteado después de la pandemia. Entonces, sin dejar de trabajar como fábrica de calzado para otras marcas haciendo zapatillas, borceguíes, botas de montar, zapatos Luis XV y otros productos, empezamos también a desarrollar nuestra propia línea artesanal de botas texanas. Yo me encargo del diseño del calzado y su proceso productivo; mi hermano Alejandro se encuentra a cargo de toda la parte administrativa y de las redes sociales, y también está mi hermano Agustín, que pronto se recibirá de contador. En la empresa hay 14 personas en total. Tenemos nuestro taller propio de armado y contratamos a talleres externos de bordado, costura y algún otro rubro.
- ¿Cuál es el nicho de mercado de Beautee en el rubro del calzado?
Tenemos un producto exclusivo, las botas texanas, con un diseño muy particular y vanguardista, con modelos tomados de referencias de Estados Unidos, Francia, Italia, y que está identificado con un target muy puntual de celebrities y gente que busca diferenciarse con un calzado fuera de lo que ya existe en el mercado. Lo que hacemos gusta mucho en la zona norte del conurbano bonaerense, en barrios como Recoleta o Palermo, y también en capitales de provincia, como Mendoza o Córdoba. Por el momento nuestras botas son solo para mujer, pero hace poco ampliamos el talle hasta el número 42, y próximamente pensamos hacer tres o cuatro productos unisex hasta el 45. En general apuntamos a una franja de edad de 25 a 40 años, aunque estos límites por supuesto son flexibles.
- ¿Qué productos están lanzando en la actualidad?
Para las fiestas y el verano solemos tener modelos de botas de colores claros, ya sea blanco, natural o plata metalizada, con distintos bordados y cierre a la vista. Ahora puntualmente acabamos de lanzar Anaé, inspirada en un tipo de diseño que está teniendo mucho éxito en Estados Unidos y en Europa, una texana volcada con cierre a la vista. Trae una costura bordada en rosa sobre blanco, una combinación de esos colores acordes a la estación, que representa a dos pájaros enfrentados. Este aplique está hecho por un proveedor que lo corta con tecnología láser. También tenemos otra similar, Blanché, que es una bota negra de caña alta que cuando se usa volcada deja ver un bordado en dorado de un águila.
“Como no suplantamos la mano de obra por máquinas, conseguimos que lo artesanal se perciba como un valor agregado”.
- ¿Qué variedad de cueros y modelos ofrecen?
Usamos cueros vacunos, gamuzados, charoles y cueros metalizados; y todo tipo de fantasías: leopardo, reptiles como iguanas y distintos tipos de anacondas, entre otros. También tenemos modelos en tela de jean, como la bota Cristel, con su interior de cuero, y que tiene una hechura muy artesanal que favorece la terminación exterior desprolija del jean y le da un aspecto rústico, algo muy apreciado.
- ¿Qué detalles distinguen a las botas Beautee de otras marcas?
Nos caracterizamos por nuestra hechura artesanal, que es consecuencia del diseño que tiene atrás, y eso nos diferencia de la mayor parte del calzado hiperindustrializado. Como no suplantamos la mano de obra por máquinas, conseguimos que lo artesanal de nuestro producto se perciba como un valor agregado. Por supuesto que incluimos algunos pasos industrializados en las primeras etapas de la producción, pero son los previos y primordiales para poder avanzar después con el proceso artesanal.
- ¿Cuál es específicamente el valor agregado de una bota artesanal?
En principio, nos posibilita ofrecer más variantes, porque podemos individualizar el producto para cada cliente. Además, permite que el comerciante que quiera trabajar con nosotros pueda tener un calzado propio, único y distintivo, aunque obviamente son modelos que se hacen en cantidades reducidas. Una bota en la que se luce la hechura artesanal puede incluir diversos detalles para personalizarla, como tachas, bordados o punteras metálicas. Según la cantidad de detalles únicos variará su precio, pero a la vez quien la adquiera será la única persona del país que la tenga.
- ¿A qué mercados llegan?
Llegamos a todo el país, desde este año al exterior a través de DHL. Tenemos clientes mayoristas en Chile y Uruguay; minoristas desde Estados Unidos hasta España; pero el fuerte es Brasil, Uruguay y Chile.
- ¿Puede anticipar algo de sus próximos lanzamientos?
Ya estamos pensando en otoño-invierno de 2024. Como novedad, se viene un producto parecido a un borceguí: redondeado y con cordones. Va a tener un aire motoquero que conciliaremos con la onda texana. Cambiará la horma, que es más robusta y con una punta diferente a la punta fina que venimos trabajando en los últimos años. También vamos a lanzar una bota de montar como la que se usa en el juego de polo, alta, para el público que concurre a este tipo de eventos. Con estos productos vamos a salir de lo habitual para ampliar nuestra oferta y llegar a una nueva clientela.