Fue pionero en la Argentina en mezclar folklore y electrónica. Con más de quince años de trayectoria, la naturaleza sigue siendo su principal inspiración.
Por Dai García Cueto
Foto Laura Ortego
Si bien su música suele aparecer etiquetada como “folklore digital”, asegura que supera esa categoría. “Lo que hago tiene tantas influencias que queda fuera de esos límites. Sintetizo mi trabajo como un híbrido entre distintos ritmos de raíz latinoamericana con música electrónica”, le cuenta a Convivimos desde su casa-oficina. Sus indagaciones abarcan el folklore nacional, el sonidero mexicano, la cumbia colombiana, la peruana y la cumbia villera argentina, entre otras.
También fue en un viaje donde empezó este romance con las músicas populares y ancestrales del continente. Recorría como mochilero el norte de Argentina, Bolivia, Ecuador y Chile llevando en su reproductor de música canciones de rock progresivo y electrónica. Además, cargaba un grabador digital en el cual registró cantos de pájaros y ruidos silvestres. “Fue un redescubrir, porque volví a escuchar el folklore como por primera vez, antes no había estado sensible para prestarle atención. Entonces volví con esos sonidos que me habían tocado muy profundo y me inspiraron a trabajarlos desde mis herramientas, la computadora, el bajo y la percusión”.
Con su música traspasó las fronteras y penetró en la pantalla, porque su versión de Quimey Neuquén, de José Larralde, musicalizó un capítulo de la reconocida serie de televisión norteamericana Breaking Bad. Todavía no tuvo la oportunidad de preguntarle al folklorista qué le pareció la canción, y confiesa que no miraba la tira televisiva.
- ¿Qué querés generar con tus canciones?
Intento plasmar lo más fiel posible la sensibilidad que me lleva a determinados timbres y melodías. Quiero que el amor por esta música se pueda sentir a través de las canciones. El propósito es componer música que transmita sensibilidad y belleza. Hay mucha gente que siente que escuchando a Bach se acerca a una experiencia divina. Creo que hay música que nos hace entrar en una dimensión de algo más grande.
- ¿Cuál es la que te genera eso?
“Sería interesante seguir profundizando sobre las fusiones, para continuar investigando sobre las músicas”.
Me atrae la música a la cual se le impregnan el paisaje, la naturaleza, los animales, las emociones humanas. Eso lo tienen mucho las músicas que vienen del interior y lo logran, en general, los compositores de entornos más naturales. Los sonidos de la naturaleza son los que más me inspiran, y me siento cerca de la música creada dentro de un contexto no tan citadino. Por ahí va mi búsqueda también. Por eso, es un buen desafío cómo transmitir esos paisajes y esas emociones viviendo en la ciudad.
- ¿Montaña o selva?
Me siento muy afín a la montaña en general. Los Andes me sensibilizan mucho. Pero amo la selva.
- ¿En el futuro, hay folklore y electrónica?
Es un poco difícil hablar del futuro, porque son construcciones que se hacen de un imaginario de lo que puede ser. Hoy conviven, están ambos muy presentes en lo que se escucha. Me parece que tanto la música tradicional como la electrónica tienen su proyección.
- ¿Seguirán juntas?
Sí, están muy contentas juntas, así que tienen para rato. Incluso, cada vez hay más compositores que desde la música tradicional tienden a fusionar. Sería interesante que se pueda seguir profundizando sobre las fusiones, para continuar investigando sobre las músicas. No está todo dicho, existe la posibilidad de seguir mezclando ritmos tradicionales, haciendo posible que haya terrenos inexplorados sobre los cuales avanzar.
- ¿Tenés tus rituales para la música?
El ritual que más me gusta es el del baile. Es lo que me interesa en mis shows; bailar, pasar un buen rato y que la gente pueda sentir y expresarse libremente. El baile es una de las manifestaciones humanas más lindas.
CAFÉ COMPARTIDO
No es amante del café, así que en su casa jamás se prepara uno. Prefiere las infusiones de manzanilla, cedrón y menta. “Además, tengo que cuidarme de bebidas excitantes, como café y mate, me dejan muy ansioso”, cuenta. Como Chancha Vía Circuito tiene cuatro discos: Rodante, Río arriba, Amansará y Bienaventuranza. Al formato solista le sumó las presentaciones con banda, que incluyen voces y flautas. También colabora con otros músicos, por ejemplo, recientemente editó Pino europeo, un álbum junto al Chango Spasiuk, y produce a otros artistas, como La Charo.