Ceci Saia supo hacer de su nombre una marca. Con más de diez años de exploración en los nuevos formatos de comunicación, tiene su lugar en el mundo digital.
Por Dai García Cueto
Foto Belén Grosso
La cama, tendida; los platos, lavados; toda la casa está ordenada cuando Cecilia Saia vuelve de uno de sus viajes. Lo único que es un caos es la agenda con tareas pendientes que quedaron antes de irse. “Salgo dejando cosas que tengo que hacer para ocuparme después; sin embargo, cuando llego, hay una pila de papeles con responsabilidades, que incluso ya me había olvidado”, le confiesa a Convivimos, recién aterrizada de un recorrido por Europa.
Siempre está ocupada, porque el trabajo de youtuber insume más tiempo del imaginado e incluye tareas diversas. “Mi equipo entero soy yo, hago desde las relaciones con los clientes hasta responder mails y escribir los guiones. Es un trabajo que en un medio tradicional tendría mínimo cinco personas; en cambio, en mi medio digital soy yo sola. Es como si tuviera varias profesiones en una, y en muchas de ellas no cuento con ninguna formación. Por ejemplo, a editar videos aprendí por tutoriales. Es un trabajo full time o más”, cuenta desde su casa en Buenos Aires, donde vive con Emma, su perra.
Pero no es solo una chica de YouTube, también escribe un blog sobre viajes. Por eso, arma las valijas seguido para instalarse por unos días en alguna ciudad del mundo. Generalmente, los destinos se los proponen compañías y hoteles interesados en brindar información a sus seguidores. Si bien viajar es una de las actividades que más disfruta, a veces le resulta difícil relajarse cuando lo hace por ocio: “Empecé a entender que cuando quería un momento para mí, no tenía que retratarlo. Si estoy de turista, no saco la cámara, porque si no, entro en modo trabajo y enseguida estoy pensando ‘Es una buena foto para Instagram’”.
Además, es licenciada en Psicología y acaba de publicar una novela, Un verano en abril. “Siempre estuvo el deseo de escribir, soy muy lectora y amo la literatura. Tenía esta idea flotando hace varios años, a la que iba sumando escenas en mi cabeza. Hasta que tuve la suerte inmensa de que Penguin Random House buscara escritores nuevos y me llegó su propuesta”, cuenta. La tarea no le fue sencilla, porque estaba acostumbrada a un perfil más informativo: “Una cosa es consumir ficción, y otra, escribirla. Es una experiencia increíble, te involucra en todos los niveles. Mi alma está en ese libro”.
Como no puede categorizarse en una sola vocación, asegura que es todo lo que hace y se autodefine como creadora de contenidos, ya que genera producciones para distintas plataformas. “Admiro a las personas que tienen una sola pasión. A mí siempre me gustaron muchas cosas en simultáneo, me caracterizaron intereses muy diversos, y vocacionalmente me pasó lo mismo”, explica. Sin embargo, siempre tuvo claros algunos sueños, que en la vida, de alguna manera, concretó. Su máximo deseo era ganar un premio Óscar, y aunque no tiene carrera de actriz, igualmente pudo caminar la alfombra. Lo hizo invitada por TNT para cubrir la ceremonia de 2017. “Fue un impacto emocional muy fuerte. Ahora me quedó un espacio de vida vacío, tengo que llenarlo con una consigna más adulta, preguntarme ‘¿Cuál es el próximo sueño de mi vida?’. Todavía estoy buscando la respuesta”.
CAFÉ CON NUEVA SEGUIDORA
Antes tomaba solo té, tal como se hacía en los desayunos y las meriendas de su casa familiar. En su último viaje a España conoció el café, y confiesa que está buenísimo, aunque hasta el momento únicamente lo degusta con leche.
Su canal de YouTube sobre consejos y comedia tiene más de 350 mil suscriptores, la mayoría, entre 18 y 24 años, mientras que el canal de viajes suma unos 50 mil, que van desde los 25 a los 35 años. Del total de seguidores, un 70 por ciento son mujeres.