¿Cómo resguardarse del robo de datos e impedir caer en estafas? Algunos consejos y recomendaciones para tener en cuenta.
El robo de identidad y de dinero está a la orden del día. Cuando uno piensa que se tienen las antenas paradas y ya se conocen todas las modalidades por las cuales se puede caer en la trampa, aparecen otras nuevas. Por eso, resulta importante tener en cuenta este “salpicadito” de recomendaciones con hábitos seguros para cuidar el dinero y evitar estafas.
Vale recordar que compartir con las personas del entorno las propias experiencias y estas maneras de protegerse es muy útil no solo para evitarle un mal momento al resto, sino porque si se vulneran los datos de los que nos rodean, también pueden llegar a uno mismo. Así se genera una rueda que no se acaba, a favor de los estafadores.
TIPS PARA PROTEGERSE EN WHATSAPP
¿Cuántas veces se reciben mensajes por WhatsApp de una persona conocida en los cuales ofrecen o piden dólares? ¿O mediante el que algún amigo solicita una transferencia porque tiene un problema con su homebanking, prometiendo que luego va a devolver esa plata? No importa la causa o la excusa, son solo eso: pretextos para robar.
Entonces, ante un mensaje con un pedido inusual como los recién mencionados, es conveniente llamar a la persona por teléfono, escuchar su voz y comprobar que realmente necesita ayuda. Si esta persona no atiende luego de reiterados intentos, es probable que se trate de un robo de identidad y de una estafa.
Otros buenos hábitos para tener en cuenta y ejercitar cuando se trata de estar protegido en WhatsApp son:
– Cambiar la configuración para que solo los propios contactos agendados puedan ver la foto de perfil.
– Configurar un PIN personal en la aplicación. Esto se hace dirigiéndose a “Ajustes”, luego a “Cuenta” y, por último, a “Verificación en dos pasos”. Esta función ofrece una capa extra de seguridad, porque verifica la propia identidad cuando se cambia de dispositivo o se reinstala la aplicación.
LA RECEPCIÓN DE PAQUETES
Ojo con los avisos de recepción de paquetes. Es muy habitual que el correo informe por email o por SMS el número de seguimiento de un pedido. Además, suelen incluir un enlace para ingresar y seguir en tiempo real el trayecto. Pero también hay mensajes como estos que tienen como único objetivo robar datos.
Ante esta situación, las advertencias son:
– La primera y más obvia es que si no se está esperando ninguna compra, hay que desestimar esos avisos y no tocar ningún link.
– Verificar la autenticidad del remitente.
– Evitar hacer clic en enlaces cortados, porque pueden ocultar que uno está siendo llevado a un sitio malicioso. Si se quiere confirmar hacia dónde redirecciona ese link, existen webs para “desacortar” URLS que son gratis. Se puede copiar el link, pegarlo en donde indica la web sin tocarlo y corroborar a qué dirección lleva.
EL CUIDADO DE LOS DATOS
Cuando se está haciendo un trámite o navegando en una web, hay que pensar cinco veces qué datos se están ofreciendo y por qué. Los números de la tarjeta de crédito (incluidos el CVV y la fecha de vencimiento), las contraseñas y la dirección personal no son información que deba ser compartida. Cuando se complete un formulario para hacer una compra, hay que asegurarse de que se está en el sitio seguro, verificando que esta tenga un pequeño candado al lado de la URL.
¿Qué pasa si por algún motivo se solicita el envío de una foto de la tarjeta de crédito? Lo que puede parecer algo sin importancia, especialmente si se confía en la persona que está del otro lado, resulta ser una pésima idea cuando de proteger los datos se trata. Enviar foto de la tarjeta colabora al fraude financiero, ya que alguien con esa imagen tendría la llave a un “shopping online” sin límites. Además, se aumenta la exposición a las estafas, puesto que al compartir una foto, alguien con un poco de ingeniería social podría intentar obtener más información, como la dirección personal, la fecha de nacimiento o incluso el número de seguridad social. También, la información de la tarjeta puede ser un punto de partida para localizar o identificar a la persona fuera del mundo virtual. Por último, compartir una foto de la tarjeta no solo lo pone a uno en riesgo, sino que también va en contra de los términos de servicio de la propia entidad financiera, pudiendo resultar en la cancelación de la tarjeta o incluso en la negación de futuras reclamaciones de fraude.
Si aun así los datos ya fueron comprometidos, hay que ponerse en acción inmediatamente. Lo primero es comunicarse con la entidad financiera, informar la situación y seguir sus indicaciones al pie de la letra. Monitorear las cuentas y, ante cualquier movimiento sospechoso, alertalo de inmediato. La prevención es clave, pero si ya se cayó en la trampa, la acción rápida puede minimizar el daño.
OPERAR DE MANERA SEGURA
Por último, desde Naranja X elaboraron una serie de consejos para operar con las tarjetas de manera segura. Esto sugieren:
– Al dirigirse a una sucursal de Naranja X, por favor llevar el DNI. Será necesario para validar la identidad del cliente y comprobar que realmente es él quien está haciendo la gestión. “No cuesta nada y nos ayuda a protegerte”, dicen desde la empresa.
– Las tarjetas tienen información confidencial. No hay que dejarlas en manos de personas que no se conocen.
– Evitar que se vea la clave al momento de ingresarla en el cajero, y cambiarla con frecuencia.
– No operar en cajeros automáticos si se está siendo guiado por una persona desconocida desde el teléfono.
– Si el cajero automático arroja errores, no ingresar la tarjeta.
– Al terminar una gestión, ¡llevarse siempre la tarjeta! Y muy importante, si se solicitó comprobante, ¡también llevarlo!
No resulta tan complicado resguardarse de los ciberdelincuentes y de las estafas, basta con adoptar estos simples hábitos saludables y mantenerse seguros.