โMi รบnica ambiciรณn es llegar a escribir un dรญa, mรกs o menos bien, mรกs o menos mal, pero como una mujerโ. Estas palabras le pertenecen a Victoria Ocampo, la primera mujer en ser designada miembro de nรบmero de la Academia Argentina de Letras.
De la mano de esta escritora, nos introducimos en la perspectiva sexista de la lengua para reflexionar, desde aquรญ, sobre el Dรญa Internacional de la Mujer, que se conmemora en cada 8 de marzo en honor a la lucha de las mujeres por su participaciรณn en la sociedad y su desarrollo รญntegro como personas en pie de igualdad con el hombre.
La cosmovisiรณn androcentrista elaborรณ una forma de nombrar el mundo a partir de un masculino genรฉrico. De este modo, existe un convencimiento de que el gรฉnero masculino tiene un valor universal y de que el femenino se refiere a lo especรญfico.
Ahora bien, es bueno admitir que este es un modo mรกs (entre todos los que existen) de invisibilizar a la mujer. โEn un mundo donde el lenguaje y el nombrar las cosas son poder, el silencio es opresiรณn y violenciaโ, dice Adrianne Rich, en Sobre mentiras, secretos y silencios.
La lengua es el vehรญculo del pensamiento, nos permite comunicarnos. No obstante, es necesario reconocer que no es inocente. Transmite estereotipos, conocimientos, valores, prejuicios, ideas, ideologรญas. Es un elemento con el que los seres humanos construimos la realidad. โLas lenguas son amplias y generosas, dรบctiles y maleables, hรกbiles y en perpetuo trรกnsito; las trabas son ideolรณgicasโ, afirma Eulร lia Lledรณ Cunill, doctora en Filologรญa Romรกnica.
โLa lengua no es sexista, sexista es el uso que se hace de ellaโ.
Con naturalidad empleamos expresiones que dejan afuera a la mujer o que la menosprecian. Un ejemplo, por nombrar solo un par, es el de aquellos vocablos que tienen diferentes significados segรบn se exprese su forma masculina o femenina: โzorroโ (hombre muy astuto) y โzorraโ (prostituta). Lo mismo ocurre con โfulanoโ (persona indeterminada o imaginaria) y โfulanaโ (prostitutaโฆ otra vez).
Tambiรฉn encontramos palabras que no tienen femenino y que seรฑalan cualidades positivas: โcaballerosidadโ, โhombrรญaโ, โprohombreโ. Del otro lado, existen palabras que no tienen su forma masculina y que llevan siempre una carga negativa: โarpรญaโ (mujer muy malvada).
Ante esto, tenemos recursos que nos posibilitan producir mensajes variados, no repetitivos, precisos y no sesgados, sin que por eso debamos renunciar a la estรฉtica y a la economรญa del lenguaje. Podemos usar nombres colectivos: โla ciudadanรญaโ en reemplazo de โlos ciudadanosโ. Desde la gramรกtica, tambiรฉn podemos evitar la palabra โhombreโ con el uso de la forma impersonal en tercera persona con โseโ: es mejor decir โEn la prehistoria se vivรญa en cuevasโ frente a โEn la prehistoria el hombre vivรญa en cuevasโ.
Lo maravilloso de estos recursos es que no excluyen a nadie. Por ahรญ, otras formas, como el empleo de la โeโ, la โxโ o la โ@โ, dificultan la accesibilidad en los dispositivos que leen las personas ciegas. Si con mi manera de hablar o escribir estoy dejando a alguien afuera, entonces ya no soy inclusiva. Recordemos: la lengua no es sexista, sexista es el uso que se hace de ella.