Dicen que encontrar un trébol de cuatro hojas trae buena suerte. Una rareza biológica que todos, en algún momento, hemos querido que nos sorprenda en el camino. En esta edición, nuestro personaje de tapa, además de ser la responsable de despertar en buena parte de las últimas generaciones el gusto por cocinar, es una empecinada buscadora de tréboles de cuatro hojas.
Los millones de seguidores de Paulina Cocina encontraron en su modo sencillo y directo de comunicar respuestas capaces de transformar una receta compleja en un plato al alcance de la mano. Lo suyo, que nació un poco en serio, un poco jugando, se convirtió con los años en un proyecto sólido en el que invirtió estudio, formación y mucho trabajo. Sabe que con la suerte no alcanza. “Cuando lográs cierta estructura, el secreto no está en ser genial vos, sino en juntarte con gente genial”, nos dijo en una nota imperdible de punta a punta.
Y de tréboles también se trata la búsqueda emprendida por Santiago Lange, el regatista olímpico que sabe leer el viento. O la de Marcelo Larraquy, el historiador y periodista que, en la lectura atenta del episodio de un libro, encontró la pista que lo llevaría a descubrir uno de los secretos mejor guardados de la guerra de Malvinas.
Tréboles. Vidas movidas por el deseo y la certeza de saber a dónde llegar. El resto, como dice Paulina, es “apretar botones y trabajar en eso”.
Como todos los meses, nuestros columnistas comparten su particular mirada sobre la educación, la infancia, la historia y el idioma; y ustedes, lectores, toda su creatividad en “La página en blanco”. Esta vez, con mensajes llenos de esperanza. Mía Julieta Salomé Castro nos recuerda desde Mendoza unos versos de Emily Dickinson que me encantaron: “La esperanza es esa cosa con plumas que se posa sobre el alma y canta la melodía sin palabras, y no se detiene para nada…”.
Que la disfruten.
¡Buena vida!