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Mitos de invierno

Más allá del coronavirus, el frío estacional avanza, y niños y adolescentes enfrentarán las enfermedades esperables para la época –en su mayoría respiratorias–, por lo que conviene estar advertidos sobre algunos mitos acerca del origen de estos trastornos.

Mito 1: Andar descalzo enferma. No existe evidencia en la literatura médica (y no médica) sobre el ascenso de virus o bacterias desde las plantas de los pies. Como todo padre o madre sabe, los niños detestan usar calzado o medias, por lo que apenas pueden hacerlo se los quitan, y así recuperan la libertad de lo que consideran sus “patas traseras” (en particular los menores de seis años). El factor térmico no produce infecciones, pero influye de modo particular durante los meses fríos, ya que aumenta el hacinamiento hogareño y escolar. Además, se genera un gasto de energía que el alimento no compensa. De modo inexorable, rinitis, catarros y faringitis se acumulan entre junio y septiembre. Entretanto, la pobreza –la enfermedad más difundida en el mundo– incluye el frío; pero ese que trasciende el corporal.

Mito 2: El consumo de vitamina C previene infecciones respiratorias. El químico norteamericano Linus Pauling publicó en 1970 su libro La vitamina C y el resfriado común, en cuyo texto principal aseguraba que la falta de vitamina C causaba “alergias, anemia, amigdalitis, artritis reumatoide, arteriosclerosis, bronquitis, cáncer, cataratas, cefaleas, diarrea, dolor abdominal y muscular, fiebre reumática, hemorragias, hepatitis, herpes, infertilidad, intoxicaciones, meningitis, neumonía, sarampión, enfermedades cardíacas, enfermedades renales, enfermedades vasculares y neurológicas”. Esta extensa e insólita hipótesis fue rechazada por la comunidad científica apenas fue publicado el libro. Sin embargo, la idea de disponer de un recurso sencillo entusiasmó a la población general, que desde entonces no deja de exprimir naranjas y mandarinas para todos. Por su lado, los laboratorios comenzaron a producir suplementos de alta rentabilidad, pero de eficacia aún no demostrada, más allá de la sensación agradable de tomar un rico té con limón durante un resfrío común.

“Este invierno requerirá abrigo adecuado, alimento suficiente, vacunas al día y la ya aprendida distancia social”.

Mito 3: La gripe es un resfrío mal curado. Falso. Los resfríos se curan con reposo, mientras que la gripe es otra virosis que emerge con cepas causantes nuevas cada año. Conviene recordar que entre la población infantil solo una mitad de los casos que presentan congestión y secreciones nasales, estornudos y ojos rojos son virus ocasionales. Las alergias ambientales explican el otro 50 por ciento.  

Mito 4: Usar antibióticos antes de que “se complique”. El 80 por ciento de las afecciones respiratorias infantiles son causadas por virus, contra los que las drogas antibióticas no actúan; e incluso pueden ser perjudiciales. Los productos de venta libre no deberían ser automedicados, en particular los que contienen aspirina.    

Realidades: Muchas abuelas (suelen ser ellas) podrían completar el listado con más consejos. Sin embargo, este invierno requerirá puro sentido común: abrigo adecuado y alimento suficiente para todos, vacunas al día y la ya aprendida distancia social. Para que lo vivido durante la pandemia ayude a aliviar un invierno incierto. 

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