Escuchame bien y hacรฉ lo que te digo. Cuando te regalan un libro, no te regalan doscientas hojas impresas en blanco y negro por ambas caras. Te regalan una vida nueva. Cada ejemplar que ves tiene alma. El alma de quien lo escribiรณ, y el alma de quienes ya lo leyeron y soรฑaron con รฉl.ย
Antes de abrir sus pรกginas, lo primero que tenรฉs que hacer es olfatearlo. Apoyรก sin mezquindad tu nariz en el lomo. Pequeรฑas virolas de aire perfumado te van a anticipar algo, entremezcladas con el sรกndalo de la pasta base de madera. Pueden invadirte fragancias de flores o aromas putrefactos. Olor a sangre, traiciones descaradas, batallas perdidas y honores mancillados se entremezclan con amores victoriosos, รฉpicas que no conocen dilaciones, triunfos heroicos y biografรญas cargadas de egos. Eso es lo lindo que tienen, nunca sabรฉs cรณmo acomodรณ cada palabra su autor.
Esperรก, no lo abras todavรญa. Por un instante asentรก la oreja en la portada. Percibirรกs sordos ruidos de alistamiento tipo militar. Es el sonido de las letras que se acomodan para salir y llegar a tus emociones. Estรกn repasando el orden de cada una, son muy meticulosas en la tarea.
Ahora cerrรก los ojos y deslizรก la yema de tus dedos por el exterior. Tapa, lomo, bordes guillotinados, relieves, cuรฑas. Despacito… Podรฉs palpar seda o astillas. Si te pinchรกs con una de ellas y sale sangre, vas bien. El libro no te resultarรก indiferente, te va a hacer sangrar el corazรณn. El autor tiene esa habilidad, sabe construir puentes con los fonemas, engarzar una letra con otra y formar cadenas de sentimientos, utilizar diptongos, comas o tildes para cambiar el sentido de la trama tantas veces como lo desee.ย
โSon autores, exudan imaginaciรณn, expelen sentimientos, florecen en sus ideasโ.
Bueno, podรฉs abrir los ojos y empezar a recorrerlo. En el caso de que la primera hoja tenga una dedicatoria, arrancala y rompela. O pasala por alto. Es importante no dejarse condicionar de antemano. Los autores tienen pequeรฑos trucos para que bajes la guardia rรกpidamente.
Ya estรกs ingresando al momento en donde tenรฉs que hacer como los viejitos cuando cuentan plata: mojรก el dedo รญndice y hacรฉ circular sus hojas. Es maravilloso sentir cรณmo la saliva en la yema adhiere la pรกgina y la arrastra. La aventura comienza a cabalgar por la pradera de las emociones. Tal vez empiece en el prรณlogo y se continรบe en la introducciรณn, son palabras escritas por gente ajena, pero muy conocedoras del tema y del autor.
Detenete en el primer capรญtulo. Si leรญste veinte lรญneas y no sentiste una revoluciรณn en las tripas o que la cabeza se te despega del cuerpo como un cohete Saturno, dejalo. Es altamente probable que ese libro no sea para vos. Puede pasar. No es lo mismo Cortรกzar que Sacheri, Borges que Bucay, Saramago que Isabel Allende, Garcรญa Mรกrquez que Vargas Llosa. No todos escriben para vos ni articulan figuras retรณricas de la misma manera, ni adecuan su estilo al lector ni son computadoras que responden a un programa de Silicon Valley. Son autores, exudan imaginaciรณn, expelen sentimientos, florecen en sus ideas.
Si, por el contrario, se produce esa manifestaciรณn orgรกnica y tu cuerpo se contorsiona como un carnaval, seguรญ hasta el รบltimo pรกrrafo. Lo que tenรฉs en las manos no es un libro, es un cielo abierto donde se estรกn agitando tus mรกs profundos sueรฑos.ย
Ilustraciรณn: Pini Arpino.