El sol, fuente de vida, se ha transformado en una amenaza actual. Sus radiaciones ultravioletas explican esta aparente contradicciรณn. Son peligrosas para la salud humana, ya que el cambio climรกtico (afectando el efecto invernadero) provoca mayor radiaciรณn y menor capacidad terrestre de devolver lo absorbido.
En concreto, el sol que reciben los chicos en este siglo, en particular los que viven en el hemisferio sur, dista mucho del sol que recibieron sus abuelos.
No solo se comprueba la apariciรณn mรกs frecuente de lesiones de piel por exposiciones breves (quemaduras, reacciones alรฉrgicas y manchas), sino el envejecimiento prematuro, cataratas e incluso cรกncer por acumulaciรณn de radiaciones.
Tambiรฉn el ojo infantil es particularmente sensible a los rayos ultravioletas. Se afectan cรณrnea y conjuntiva, primeras barreras de entrada de la luz.
Diversos estudios proponen que los niรฑos utilicen desde temprana edad anteojos con potente protecciรณn de UV-A y UV-B. No de juguete, sino recetados por oftalmรณlogos especialistas, a fin de que se protejan del mismo modo en que lo hacen los adultos.
Las precauciones incluyen dรญas nublados, en los que las radiaciones solares son tan potentes como en dรญas luminosos.
La radiaciรณn no solo es directa; la llamada โradiaciรณn dispersaโ se refleja en nubes y en el smog; y la radiaciรณn reflejada, en el suelo, las construcciones, la nieve y los espejos de agua.
Especial cuidado demandan los menores de dos aรฑos; desnudos, exponen amplias superficies sensibles: cabeza, pecho y espalda, por lo que a las cremas acordes deberรญa sumarse siempre ropa liviana de color claro.
โLos chicos deberรญan protegerse bajo estructuras de material sรณlido, no bajo la sombra de los รกrbolesโ.
No se recomienda el uso de cremas en menores de seis meses debido tanto a las reacciones adversas a los quรญmicos como a la falsa seguridad que inducen, llevando a exponerlos al sol por tiempos indebidos. En tales circunstancias, el denominado โgolpe de calorโ (cefalea e hipertermia) y la deshidrataciรณn son inevitables.
ยฟCuรกles son las sombras eficaces para detener radiaciones de riesgo? Los chicos deberรญan protegerse bajo estructuras de material sรณlido, como lonas o aleros de concreto o metal, y no bajo la sombra que proyectan los รกrboles, que no detienen las radiaciones nocivas.
Paรญses con intensa insolaciรณn anual advierten sobre un efecto adverso novedoso: la perturbaciรณn del sistema inmunolรณgico, que aumenta el riesgo de enfermedades virales, bacterianas, parasitarias o fรบngicas, asรญ como tambiรฉn el desarrollo del cรกncer. En ambos casos, no hay relaciรณn directa con la dosis de radiaciones recibida.
Esto es, mรญnimas exposiciones pueden causar grandes daรฑos.
En concreto: el sol de este siglo ha dejado de ser amable con los chicos.
Es imperioso adquirir la costumbre de protegerlos de manera permanente, anticipando una potencial epidemia de enfermedades en las prรณximas dรฉcadas.
Los docentes estรกn incluidos: una fiesta de fin de aรฑo al sol y sin protecciรณn adecuada puede enfermar a mรกs chicos que toda una tarde en el rรญo.
Postergados, como en tantas otras circunstancias, quedan los chicos de la calle. Sin cremas, sin anteojos y sin cuidado alguno. A merced del sol, apenas una pequeรฑa porciรณn de la intemperie social en la que les ha tocado vivir.