David Ruda
Director
Estimados lectores:
Cuando me hablan de futuro, lo primero que digo es: ¡cómo no ser joven para vivir el futuro que estamos creando! Hoy, al recorrer las páginas de esta “edición especial”, vuelvo a decir lo mismo, ¡convencido como ayer de que tenemos todas las posibilidades del planeta para hacer de nuestro porvenir un lugar cada vez mejor!
En nuestro informe analizamos las tecnologías que ya están cambiando el mundo. Las llaman “disruptivas” porque se refieren a una ruptura brusca de los paradigmas existentes, aunque yo prefiero pensarlas como procesos –innovadores y no tan bruscos– que den soluciones a las necesidades de la gente. Para ilustrar lo que estamos hablando, les recomiendo prestar atención a las infografías desplegables con las que acompañamos el tema. Una pinturita.
Como no podía ser de otra manera, nuestro invitado es un “rupturista”. Julio Le Parc, un artista plástico nacido en la Argentina y reconocido en todo el mundo. Su obra está expuesta en nuestra Casa Naranja de Córdoba hasta fines de enero. ¡Imperdible!
Que el futuro sea mejor está íntimamente relacionado con las medidas que como sociedades debemos tomar ante fenómenos como la contaminación o el calentamiento global. La nota de la sección “Medioambiente” se encarga de subrayar las diez iniciativas que lo harían posible.
Por su parte, Agustina Boldrini nos recuerda que “el futuro llegó hace rato”. Se refiere a la necesidad de comunicarse que ha tenido la humanidad desde siempre. Sobre barro, papel, piedra, madera…, dejando huellas tanto sobre aquellos muros de las cavernas como sobre estos de las redes sociales. “Podríamos imaginar ¡la felicidad que el antiguo pueblo egipcio habría tenido si hubiera contado con esta herramienta!”, nos dice.
El personaje de tapa de esta edición soy yo. Me da un poco de pudor, pero esta vez no pude escapar a las invitaciones para ocupar el centro de la escena de nuestra querida revista. No pude decir que no, porque por estos días estoy presentando un libro (Hay otra manera de hacer negocios) donde cuento una historia en la que el protagonista puede ser cualquiera de ustedes. No exagero. Tuve la suerte de mi lado, pero también una obsesión: hacer las cosas bien, poniendo a las personas en el centro de nuestras preocupaciones.
¡Feliz año!