La historia vitivinícola de la Argentina se desarrolló durante casi 500 años en zonas desérticas, principalmente en la región de Cuyo, que representa casi el 90 por ciento de la producción nacional. Esto no solo les aportó a los vinos un carácter diferencial, además representó un desafío constante por convivir con climas extremos. Por suerte, la falta de agua se cubrió con las aguas cristalinas del deshielo de los Andes.
Sin embargo, eso no impidió que muchas bodegas continuaran su búsqueda en pos de encontrar lugares con carácter propio. En resumidas palabras, esto explica el gran desarrollo de los vinos de Mendoza con la Primera Zona y el Valle de Uco como estandarte, de Salta con sus viñedos en el Alto Valle Calchaquí y de Patagonia con sus diversos valles australes. Pero hubo otros que se animaron a desafiar la costumbre argentina e ir hacia el mar en busca de la influencia oceánica, como sucede en la mayoría de las regiones vitivinícolas del mundo (Chile, Italia, Nueva Zelanda, Portugal y las principales zonas de Francia, España y Australia, entre otros).
La bodega de Chapadmalal no es la única, pero sí la que se tomó el desafío más en serio y a escala comercial. Con viñedos a menos de 10 km del mar y una bodega que recibe a turistas todo el año, se puede decir que ya elaboran ejemplares que reflejan la esencia de su terroir en la costa atlántica de la Argentina. A lo largo de su trayectoria, fue ampliando su portafolio de variedades, incorporando experimentaciones con uvas no convencionales como Albariño, Pinot Gris y Riesling, ideales para maridar con los frutos de mar.
MINI GUÍA DE VINOS
MALBECINO AGRANDADO MALBEC
Familia Salas Organic Estate, Maipú, Mendoza ($9900)
Puntos: 88
Con su ya característico perro salchicha en la etiqueta, este Malbec es elaborado con uvas de viñedos orgánicos propios. De aromas impetuosos que hablan de juventud y frescura, en boca es vivaz y con taninos incipientes que no solo resaltan sus notas de frutas rojas, sino también aportan cierta estructura. Certificado como orgánico y vegano, es ideal para descorchar en la mesa con platos diversos.
TERRAZAS DE LOS ANDES RESERVA MALBEC 2022
Terrazas de los Andes, Mendoza ($13.350)
Puntos: 90
Este Malbec elaborado con uvas de más de 100 parcelas provenientes de ocho viñedos cultivados de manera regenerativa y ubicados entre los 1000 y 1650 msnm ha sorprendido al mundo, ya que fue distinguido dentro de los 10 vinos con mejor relación precio-calidad de 2024 según Wine Spectator. Es un tinto ágil y expresivo, con intensos perfumes herbáceos que remiten a la montaña.
NAVARRO CORREAS EXTRA BRUT
Navarro Correas,
Mendoza ($15.000)
Puntos: 89
La tradicional bodega argentina relanzó con estética nueva su reconocida línea de vinos espumosos. Son elaborados por la enóloga Alejandra Riofrío, que, desde hace varios años, viene revolucionando los vinos de la casa. Blend de Chardonnay y Pinot Noir de diferentes zonas de Mendoza, que resulta fresco y frutado, con burbujas persistentes que resaltan su carácter de frutas blancas.
TIPS
Para disfrutar más del vino hay decisiones que deben tomarse con anterioridad: qué botella descorchar, qué copas utilizar, a qué temperatura servirlo o si es necesario decantarlo o trasvasarlo. Se necesita decantar un vino cuando presenta sedimentos. Así, al momento de servir el vino desde el decanter, estos no llegan a las copas. Pero acá la costumbre mayoritaria es beber los vinos bastante jóvenes. Y muchos de los grandes vinos ostentan una gran concentración, por lo tanto, les viene bien ser trasvasados. ¿Por qué? Porque al pasarlos a un decanter el vino toma aire, se oxigena y sus componentes se “acomodan”. Claro que esto mismo es lo que sucede en las copas al girarlas. Pero muchos prefieren servir su vino ya trasvasado, para que incluso vaya respirando, se vaya abriendo. Porque solo con descorcharlo no alcanza. Tanto tintos como blancos se van a sentir más suaves, por más cuerpo que tengan, porque perderán sus vahos etílicos y sus taninos se “aflojarán”.