Por: Fabricio Portelli
El vino no está de moda, simplemente porque es una bebida natural arraigada a nuestras costumbres. Pero circunstancialmente algunos tipos de vino marcan tendencia. Hoy es momento de los nuevos rosados. Ya no son los masivos abocados, ni hijos de la sangría, como los de antes.
Desde siempre la meca del rosado estuvo en la Provenza, región francesa entre Italia y el Mediterráneo. Allí nacen los vinos rosados tan disfrutados por las tardes en París y las principales ciudades europeas. Una sana costumbre, como la del cafecito en nuestro país.
El rosado se disfruta por copa y en situación informal, raramente ocupa un lugar protagónico en la mesa. No porque no posea atributos para maridar, sino porque se luce más como vino de recepción. Ahí, cuando la gente va llegando, las miradas están puestas en las personas y las conversaciones empiezan a fluir superficialmente. El éxito del vino rosado no pasa tanto por sus atributos vínicos, que como cualquier vino los debe cumplir. Entra por los ojos, primero llamando la atención con la botella y luego con sus aspectos pálidos y brillantes, que van del piel de cebolla al rosado, pasando del coral al salmón. De aromas fragantes y paladar refrescante, quedan bien con bocados de todo tipo; incluso solos como aperitivo. Así son los rosados argentinos 2018; con nombres sugestivos y botellas que parecen más de perfumes.
Nacen en la viña y se elaboran con la misma dedicación que los demás, a partir de uvas tintas vinificadas como blancas. Y llegan listos para ser disfrutados.
Callia Esperado Cabernet
2017
Callia
Valle de Tulum
San Juan
86,5 puntos
Este Cabernet Sauvignon es la novedad de la línea junto al Malbec. Es un tinto de aspecto profundo y aromas tan amables como expresivos, bien frutados y especiados. Con taninos suaves y paladar ágil. José Morales, enólogo de la bodega, elige las mejores uvas de viñedos tradicionales conducidos en parral. Es ideal para descorchar en casa al finalizar el día.
Finca La Anita Chardonnay
2017
Finca La Anita
Agrelo
Mendoza
90 puntos
Era uno de los blancos más clásicos del mercado, pero ahora llega totalmente aggiornado; por dentro y por fuera. Sin embargo, su nuevo estilo sigue siendo elegante, pero más austero y refrescante que su antecesor. Un Chardonnay apoyado en el carácter del terruño, de paso vivaz y con la madera muy bien integrada. Todavía joven, y con buen potencial de guarda.
Renacer Pinot Noir Rosé
2018
Renacer
Gualtallary
Valle de Uco
89,5 puntos
Sin dudas es una de las novedades más resonantes, por ser un rosado de lujo y con un packaging muy elegante. Puro Pinot Noir, de aspecto suave y brillante, con aromas frutales y frescos, y toda la fuerza de la cosecha. Pero también cierto equilibrio buscado, paladar consistente y profundo, muy agradable de beber. Para lucirse en casa al recibir a los invitados.
TIPS
A veces, el temor a que sobre impide el descorche ¿Qué hacer entonces? El vino es un aliado cotidiano del disfrute; puede convertir un momento cualquiera en un evento memorable. Por eso, siempre será mejor que sobre y no quedarse con las ganas. Si se sabe que la botella no se terminará durante la comida, lo ideal sería descorcharla, servirse la copa, volver a tapar el vino y guardarlo en la puerta de la heladera hasta el otro día. Si van a ser dos copas, hay pequeños botellones que sirven para trasvasarlo. Sin importar si es tinto, blanco o rosado, se debe guardar en la heladera. Los de mejor calidad van a durar un poco más, pero nunca más allá del tercer día. Luego empiezan a perder equilibrio, y al final sirven para cocinar o se convierten en vinagre. Hay tapones de goma y bombas de vacío para estirar la agonía de la botella. Pero lo mejor es planificar el descorche en función del consumo supuesto.