Aunque tradicionalmente asociado a las mujeres, el suelo pélvico es una estructura clave también en los hombres, con un papel esencial en la continencia, la función sexual, la estabilidad postural y la salud general. Este conjunto de músculos, tejidos conectivos, vasos y nervios actúa como una “hamaca” que sostiene las vísceras abdominales y pélvicas, contribuyendo a funciones como la continencia urinaria y fecal, la estabilidad lumbo-pélvica y la salud sexual, incluyendo la erección en los hombres.
A pesar de su importancia, muchos hombres desconocen que poseen suelo pélvico o la relevancia de entrenarlo. Los datos son claros: hasta un 32% de los hombres experimentan incontinencia urinaria en algún momento, una cifra que puede alcanzar el 69% tras una prostatectomía radical, cirugía común en casos de cáncer de próstata, el tumor más diagnosticado en hombres.
Las disfunciones del suelo pélvico no son exclusivas de quienes padecen enfermedades. Incluso hombres sanos, especialmente deportistas, pueden verse afectados. Contrario a lo que podría pensarse, la práctica deportiva intensa no siempre protege esta musculatura; de hecho, el ejercicio de alto impacto puede incrementar el riesgo de disfunciones. Estudios revelan que los atletas tienen mayor probabilidad de sufrir problemas de suelo pélvico que la población general, pero su conocimiento sobre cómo entrenarlo es escaso. Aquellos deportistas con información adecuada presentan un 57% menos de riesgo de incontinencia y otras disfunciones.
El suelo pélvico masculino está íntimamente ligado a la función eréctil, ya que sus músculos se insertan parcialmente en el pene, contribuyendo a mantener y potenciar la erección. Además, su fortalecimiento mejora la estabilidad lumbo-pélvica, reduciendo el dolor lumbar en deportistas y personas sedentarias. También juega un papel en la prevención de hernias inguinales, ya que trabaja junto al transverso del abdomen para reforzar la pared posterior del canal inguinal.
A pesar de estos beneficios, el entrenamiento del suelo pélvico sigue siendo marginal en los programas de salud masculina y en el ámbito deportivo. Aunque la incontinencia es cinco veces más prevalente en mujeres, cerca del 20% de los hombres jóvenes deportistas la padecen, lo que demuestra que no es un problema exclusivo del sexo femenino ni de la edad avanzada.
La buena noticia es que entrenar el suelo pélvico es sencillo y no requiere mucho tiempo. Con solo 5 minutos al día, tres veces por semana, se pueden obtener resultados significativos. Ejercicios como las contracciones de Kegel, de corta (2 segundos) y larga duración (5-8 segundos), combinados con una respiración diafragmática y la activación del transverso abdominal, son altamente efectivos para prevenir y tratar disfunciones.