Un estudio publicado en la revista Frontiers in Ecology and Evolution y reproducido por el diario El País, revela que los chimpancés, al igual que los humanos, no solo se curan sus propias heridas, sino que también cuidan las de otros miembros de su grupo, mostrando conductas prosociales cercanas al altruismo humano.
Basado en 30 años de observaciones en la selva de Budongo (Uganda), el trabajo detalla cómo estos primates lamen sus heridas, las taponan con las manos, aplican plantas con propiedades curativas e incluso mastican hojas y tallos para usarlos como emplastos. Además, se han documentado prácticas de higiene tras el coito o la defecación, un comportamiento que también se observa en otros grandes simios, como orangutanes y gorilas.
En Budongo, los primatólogos han estudiado dos comunidades de chimpancés: Sonso, con 68 ejemplares identificados desde 1990, y Waibira, con más de 100 individuos observados desde 2011. La habituación de estas comunidades ha permitido a los investigadores acercarse a pocos metros para registrar comportamientos detallados. Elodie Freymann, investigadora de la Universidad de Oxford y primera autora del estudio, explica que el trabajo se centra en el cuidado externo, como la cura de heridas, la retirada de trampas y conductas higiénicas, a diferencia de estudios previos que analizaban la automedicación mediante el consumo de plantas con propiedades antibióticas.
Desde 1993, se han registrado casi 50 casos de curas, de los cuales 34 corresponden a autocuidado y el resto a atenciones hacia otros chimpancés. Freymann, durante sus ocho meses de trabajo de campo, documentó 12 casos de heridas en Sonso, todas causadas por violencia intragrupo, incluidas dos relacionadas con infanticidios. En Waibira, observó cuatro heridas, una de ellas mortal: una joven hembra, Pavela, quedó atrapada en una trampa de alambre y no sobrevivió. Las trampas, colocadas por humanos para cazar antílopes, son una amenaza significativa, dejando cicatrices en el 40% de los chimpancés de Sonso y afectando su movilidad y dinámica social.
Los chimpancés emplean diversas técnicas para tratar heridas. La más común es lamer la lesión, lo que podría limpiar la zona y aprovechar posibles propiedades antimicrobianas de la saliva, aunque esto no está confirmado en esta especie. También se llevan los dedos a la boca para luego aplicarlos sobre la herida o usan hojas, ya sea directamente o tras masticarlas, como emplastos. Las plantas seleccionadas no son aleatorias: incluyen especies como Pseudospondias microcarpa y Argomuellera macrophylla, conocidas en la medicina tradicional africana por sus propiedades curativas, y Acalypha, usada para tratar infecciones e inflamaciones.
El estudio también documenta comportamientos higiénicos, como limpiarse la zona genital con hojas tras el coito o la defecación. Más sorprendente aún es la evidencia de conductas prosociales: los chimpancés no solo se curan a sí mismos, sino que ayudan a otros a liberarse de trampas o a tratar sus heridas. Estos actos, registrados en diarios de campo desde 1990, sugieren un nivel de empatía y cooperación que desafía la idea de que los chimpancés solo actúan por recompensas inmediatas.
Susana Carvalho, coautora sénior y directora asociada de Paleoantropología y Primatología en el Parque Nacional de Gorongosa, destaca que estas conductas prosociales podrían indicar que el altruismo tiene raíces evolutivas más profundas de lo que se pensaba. “Probablemente compartamos con los chimpancés una historia evolutiva más larga en cuanto al altruismo”, afirma, sugiriendo que el cuidado de otros pudo ser clave para la supervivencia de los grupos. A diferencia de los orangutanes y gorilas, que también usan plantas medicinales, pero no muestran estas conductas de cuidado hacia otros, los chimpancés exhiben un comportamiento único que podría acercarse al de los bonobos, conocidos por su empatía.