Un equipo de científicas españolas de la misión Hypatia II ha hecho historia al demostrar que la sangre menstrual, recolectada mediante copas menstruales, tiene un potencial prometedor como fertilizante natural para cultivar brotes verdes en condiciones marcianas.
La investigación, realizada en el desierto de Utah (EE. UU.) en la Mars Desert Research Station (MDRS), simuló las duras condiciones de vida en Marte durante dos semanas de aislamiento, con restricciones de agua y alimentos.
Hypatia II es la primera misión análoga en la que las astronautas han utilizado copas menstruales, desafiando los prejuicios sobre la menstruación en el espacio. Lejos de generar residuos, este método produce cero desechos y abre la puerta a beneficios como la producción de alimentos.
La geóloga Marina Martínez, integrante de la tripulación, explicó que la sangre de dos astronautas que menstruaron durante la misión fue utilizada como fertilizante, en colaboración con investigadores del Hospital Sant Pau de Barcelona. “Es sorprendente que hasta ahora no existieran estudios científicos serios sobre el potencial de la sangre menstrual como fertilizante efectivo”, afirmó Martínez.
La misión también abordó los efectos de las condiciones marcianas en el cuerpo femenino, un área históricamente ignorada por la visión masculinizada de la ciencia. Jennifer García Carrizo, divulgadora científica y tripulante, destacó que las astronautas suelen suspender artificialmente su ciclo menstrual con tratamientos hormonales para evitar residuos no reciclables, como tampones o compresas. Un ejemplo de este desconocimiento es el caso de Sally Ride, a quien la NASA proporcionó 100 tampones para una misión de una semana, reflejando una profunda falta de comprensión sobre el cuerpo femenino.
Además del uso de la sangre menstrual, Hypatia II investigó temas como el uso de energía fotovoltaica y los efectos de las condiciones extremas en la salud. Las tripulantes realizaron antropometrías antes y después de la misión para analizar los impactos de las restricciones de movilidad y alimentación, especialmente en la ingesta de proteínas. Los resultados preliminares muestran que, aunque mantuvieron su peso y fuerza, perdieron masa muscular.