Según una investigación de la Universidad Nacional de Australia, el pez mosquito macho (o gambusia) posee impresionantes habilidades cognitivas y pueden navegar con éxito por laberintos y otras pruebas. Los machos que se desempeñan mejor tienen una mayor probabilidad de aparearse.
Ivan Vinogradov, autor principal del trabajo publicado en Nature Ecology and Evolution, y reproducido por el portal SINC, afirma que los machos probablemente desarrollaron mejores habilidades cognitivas con el tiempo debido a la ventaja que les daba para encontrar hembras y producir descendencia, un fenómeno conocido como selección sexual.
“Durante mucho tiempo se pensó que la evolución de la inteligencia en los animales estaba impulsada por la selección natural. Los animales que eran mejores resolviendo problemas eran más hábiles para recolectar alimentos, encontrar refugio y evitar depredadores, y por lo tanto vivían más tiempo”, afirma Vinogradov. “Luego transmitían estos genes a su descendencia, lo que ayudaba a las futuras generaciones a volverse más inteligentes con el tiempo”.
Pero hay otra explicación para la evolución de la inteligencia. Según comenta el investigador, “la inteligencia es una cualidad atractiva. Un mejor cerebro podría ayudar a un animal a encontrar más parejas, tener más sexo y eventualmente tener más crías”.
Para los autores, esto sugiere que la inteligencia de la gambusia evolucionó en parte a través de la selección sexual, donde los rasgos que aumentan el éxito en el apareamiento y la fertilización se vuelven más comunes a lo largo de las generaciones.
Así, la selección sexual suele ser más fuerte en los machos que en las hembras porque en la mayoría de las especies hay más machos buscando pareja que hembras listas para aparearse y reproducirse.
“Nuestro estudio sugiere que la inteligencia no solo está impulsada por su necesidad de encontrar alimento o evitar depredadores, sino también por los complejos desafíos de encontrar pareja. Esto demuestra que, al igual que los humanos, el amor lo conquista todo”, valora Vinogradov.
En esa línea, los investigadores midieron la inteligencia de las gambusia macho sometiéndolos a una serie de pruebas subacuáticas, que incluían la navegación por laberintos, el desvío alrededor de barreras transparentes y el aprendizaje para recordar manchas de diferentes colores. Al final, ofrecían una recompensa a los peces que pudieran completar las pruebas.
Posteriormente, el equipo rastreó, durante un período de dos meses, cuántas crías produjo cada macho al competir contra otros por una pareja femenina para aparearse.
Después de realizar más de 2 000 pruebas de paternidad, los científicos descubrieron que los machos más inteligentes que navegaron con éxito las pruebas subacuáticas se aparearon con más hembras y produjeron más descendencia que los peces menos inteligentes que fallaron en las pruebas.