A pocos meses de cumplirse una década de la firma del Acuerdo de París, un estudio publicado en la revista Nature y liderado por la Universidad Libre de Bruselas (VUB) revela un futuro alarmante para las generaciones más jóvenes. Los niños nacidos en 2020 enfrentarán el doble de fenómenos climáticos extremos —como olas de calor, inundaciones, sequías, incendios forestales y tormentas tropicales— en comparación con quienes nacieron en 1960. Este panorama se agrava bajo las políticas actuales de mitigación, que proyectan un aumento de 2,7 °C en las temperaturas globales para 2100, lejos del objetivo de +1,5 °C del Acuerdo.
El estudio, dirigido por los científicos Wim Thiery y Luke Grant, utilizó cuatro simulaciones y 15 modelos de impacto climático para proyectar la exposición a eventos extremos a lo largo de la vida. Según los resultados, en un escenario de +3,5 °C de calentamiento, el 92 % de los niños nacidos en 2020 —unos 111 millones— experimentarán olas de calor sin precedentes. “Definimos ‘sin precedentes’ como eventos con menos de una probabilidad de 10 000 de ocurrir en un mundo sin cambio climático antropogénico”, explica Grant.
El análisis incorporó índices de privación relativa y PIB para evaluar cómo los niños más vulnerables serán los más impactados. “El calor extremo es mortal para los niños, afecta su salud, interrumpe el acceso a alimentos y agua, y obliga al cierre de escuelas”, alerta un informe de Save the Children relacionado con el estudio, titulado “Nacidos en la crisis climática 2”. Los resultados muestran que, aunque los niños en regiones tropicales enfrentarán mayores riesgos incluso en un escenario de +1,5 °C, en escenarios de altas emisiones, prácticamente todos los niños del planeta vivirán una “vida sin precedentes”.
El estudio también destaca disparidades regionales. Por ejemplo, con un calentamiento de +2,5 °C, un niño nacido en Bruselas en 2020 enfrentará unas 18 olas de calor a lo largo de su vida, mientras que uno en Berlín experimentará nueve. Sin embargo, los niños en países de ingresos bajos sufrirán las peores consecuencias debido a la falta de recursos para adaptarse.
Rosanna Gualdi y Raya Muttarak, de la Universidad de Bolonia, señalan en un artículo relacionado que las generaciones más jóvenes no solo enfrentarán más eventos extremos, sino también menos recursos socioeconómicos. En países como Reino Unido, Alemania e Italia, los jóvenes tienen menor poder adquisitivo que las generaciones anteriores a su misma edad, lo que complica su capacidad de respuesta ante la crisis climática.
A pesar de los desafíos, los autores ven una ventana de oportunidad. “Si actuamos con urgencia, aún podemos reducir estos impactos”, afirma Grant. Thiery añade que los hallazgos podrían respaldar litigios climáticos liderados por jóvenes, que cada vez más utilizan evidencia científica para exigir responsabilidades. “Nuestros estudios previos ya han sido usados en demandas climáticas”, destaca.