La serie realizada por Pegsa, escrita por Andrés Gelós y Pablo Gelós, y dirigida por Sebastián Pivotto, está inspirada en la historia del abogado penalista y exjugador de rugby Eduardo ´Coco´ Oderigo (interpretado por Guillermo Pfening) quien en 2009 dio vida a «Los Espartanos», el primer equipo de rugby carcelario de la Argentina surgido en la Unidad Penal No 48 de la localidad bonaerense de San Martín y cuyo modelo hoy en día es replicado por voluntarios y diferentes organizaciones aliadas en 68 unidades de la Argentina, Chile, El Salvador, España, Kenia, Perú y Uruguay.
DATOS CURIOSOS
A continuación, algunos datos curiosos del proceso de desarrollo y grabación de la serie, consignados por el equipo de prensa de Disney:
LA HISTORIA DE EDUARDO ‘COCO’ ODERIGO
Abogado penalista, trabajó en el Poder Judicial durante 15 años y jugó al rugby en el San Isidro Club (Buenos Aires) desde los 9 hasta los 35 años. En 2009, Coco visitó por primera vez el complejo de máxima seguridad de San Martín y decidió que mediante el rugby podía ayudar por lo menos a una persona privada de su libertad a que no reincidiera. Días después, volvió con una pelota y entrenó a unas 10 personas, dando paso a la creación del equipo: «Los Espartanos».
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La idea nació de su convicción de que el deporte, y en particular los valores del rugby podían servir como una herramienta de reinserción para personas privadas de la libertad.
Con su forma de acompañar en las cárceles, con alegría y buen humor, ha encontrado una llave para abrir puertas y tender puentes entre mundos que muchas veces no se tocan, descubriendo que detrás de cada persona hay virtudes por revelar, que todos merecen una segunda oportunidad.
ENTRANDO AL UNIVERSO REAL DE «LOS ESPARTANOS»
Para Pablo Gelós y Andrés Gelós, los autores de la serie, y Sebastián Pivotto, el director, la puerta de entrada al universo de «Los Espartanos» fue a través de No permanecer caído, el libro escrito por Federico Gallardo que relata los orígenes del equipo de rugby. A partir de ahí, la dupla autoral y el director fueron adentrándose aún más en la singular historia mediante conversaciones periódicas con Oderigo y con ex-Espartanos, quienes compartieron anécdotas, sensaciones y reflexiones acerca de los acontecimientos de 2009 y todo lo que fue sucediendo desde entonces. Junto a ellos, el equipo creativo también visitó en varias ocasiones el penal No 48, donde conversaron con la policía penitenciaria y las autoridades de la unidad. Además, ahí tuvieron la posibilidad de participar de las reuniones de «Los Espartanos» que se llevan adelante cada viernes y les permitieron abrir los ojos al “sentir espartano”.
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“También viví la experiencia de viajar junto a ellos dentro del micro penitenciario que los traslada a los partidos fuera de la prisión, donde pude verlos en acción con sus familias fuera de los muros. Todas esas experiencias están reflejadas en cómo manejé la estética y las puestas de escena de la serie”, agrega Pivotto. Poco a poco, el vínculo con los protagonistas reales de la historia se fue haciendo cada vez más estrecho, lo que les permitió captar la esencia de los personajes y el verdadero espíritu del proyecto.
GRABACIONES EN LA UNIDAD PENITENCIARIA DONDE NACIERON «LOS ESPARTANOS»
La cárcel que ve nacer a «Los Espartanos» en la ficción es la misma que albergó y alberga los acontecimientos en la vida real, desde los entrenamientos de rugby de los martes hasta la conmovedora misa de los viernes. Para el equipo, haber filmado en la locación original aportó un condimento especial tanto delante como detrás de cámara. Por un lado, le imprimió autenticidad al relato. Por otro, conectó a los equipos creativos con el espíritu único de «Los Espartanos» y el transcurrir diario de su tarea.
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La cárcel de máxima seguridad de San Martín, provincia de Buenos Aires, no sólo es la sede del equipo Espartano más antiguo, sino también donde funciona el modelo de integración de la Fundación Espartanos. Allí se implementan los programas que se buscan replicar en todas las unidades del país y del exterior que se inspiran en el “Modelo Espartano”. Hoy el complejo modelo cuenta con: 155 jugadoras, 544 jugadores, 355 voluntarios, 835 colaboradores del Servicio Penitenciario (SP), 12 pabellones, 2 canchas de césped sintético, 2 aulas multifuncionales, 1 aula de informática, 1 auditorio y 2 gimnasios.
ESPARTANOS VERDADEROS EN EL SET
Para garantizar el compromiso con los hechos reales, la “presencia espartana” fue constante durante el rodaje. “Coco casi siempre estuvo con nosotros y realmente fue un baluarte a la hora de mantener la verosimilitud y el respeto por la historia que teníamos que contar”, señala Pivotto. El creador de «Los Espartanos» conversó extensamente con los autores de la serie y con el director, al tiempo que abrió las puertas de su fundación para que el equipo conociera a los integrantes actuales de «Los Espartanos» y se familiarizara con el trabajo diario que se hace con los presos. Incluso, Oderigo tiene un cameo en la historia.
A su vez, con el objetivo de darle la impronta de autenticidad al relato, la producción abordó el proceso de casting de forma singular. “Después de varias visitas a la Unidad Penal No 48, sentí que, para transmitir lo más fiel posible la historia de «Los Espartanos», debíamos trabajar con gente real mezclada con actores profesionales”, explica el director. Para eso, se llevó adelante un casting a Espartanos en libertad y a actores de escuelas de teatro de barrios carenciados, al tiempo que forman parte de la serie personas con nula experiencia actoral, pero conocimiento real de la vida presidiaria.
LOS DESAFÍOS DE LA FICCIÓN
Desde un principio, el equipo creativo supo que la producción de la serie debía estar guiada por un fuerte compromiso con la autenticidad y el respeto por los acontecimientos reales, pero de la misma manera entendió que debían tomarse ciertas licencias creativas propias de la ficción.
Así, al momento de empezar a adaptar la historia real para la pantalla, el primer desafío que enfrentaron los guionistas fue el de condensar quince años de acontecimientos en ocho episodios. Para lograrlo, por ejemplo, unificaron las diferentes historias de personas reales en un solo personaje. Cuenta Pablo Gelós: “Tomi (Lautaro Zera), el capitán Espartano, es una síntesis de varios capitanes históricos, y algunos eventos de su historia son completamente ficticios. Lo mismo ocurre con Bebe (Javier Ortega Desio), quien representa a distintos compañeros de rugby de Coco que terminaron convirtiéndose en sus ayudantes”. En el mismo sentido, hay personajes creados específicamente para la serie que no tienen un correlato directo en la vida real.
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Por último, Pivotto agrega que se tomaron algunos atajos narrativos para darle ritmo a la serie. “Lo que llevó años en evolucionar dentro de la prisión, lo aceleramos para llegar antes a los eventos más significativos de «Los Espartanos»”, explica el director.
LA PARTICIPACIÓN DE EX-PUMAS
A fin de retratar adecuadamente el mundo del rugby, la serie contó con Agustín Pichot, exjugador argentino de rugby, como productor ejecutivo de la serie, al tiempo que participaron de los episodios los exjugadores de Los Pumas, el seleccionado nacional de rugby de Argentina, Juan Leguizamón (Tatú) y Javier Ortega Desio (Bebe).