En general, las altas temperaturas son un riesgo para la salud. Esta posibilidad se acentúa en el caso de los niños y niñas. Uno de los peligros más comunes es el golpe de calor, una afección que, si no se previene y trata a tiempo, puede tener graves consecuencias.
Según el Primer Diccionario de Medicina Ilustrado, publicado por delhospital ediciones, el golpe de calor ocurre cuando el cuerpo experimenta un aumento repentino de temperatura, generalmente provocado por exposición prolongada al sol o ejercicio físico intenso. Este práctico manual, diseñado por especialistas de la Universidad Hospital Italiano de Buenos Aires, una institución universitaria creada por la Fundación Instituto Universitario Escuela de Medicina del Hospital Italiano de Buenos Aires, traduce conceptos médicos en un lenguaje claro y accesible para todos.
El primer punto a tener en cuenta es el de los síntomas. Es fundamental estar atentos a las señales que pueden alertar sobre esta condición en los niños:
- Piel enrojecida.
- Dolor de cabeza intenso.
- Fiebre elevada.
- Mareos o desorientación.
- Desmayos.
Si el golpe de calor está asociado a la exposición directa al sol, también puede denominarse como “insolación”, según explica la profesora Rosa Estopá, lingüista y coautora del diccionario.
LAS CLAVES DE LA PREVENCIÓN
Según los especialistas, la prevención es la mejor defensa frente al golpe de calor. Algunas recomendaciones en ese sentido, son las siguientes:
- Hidratación constante: asegurarse de que los niños tomen agua con frecuencia, incluso si no sienten sed.
- Protección adecuada: utilizar gorros, sombreros y protector solar.
- Evita los horarios críticos: limitar la actividad física al aire libre entre las 10 a.m. y las 4 p.m., cuando el sol es más fuerte.
- Refugio en la sombra: priorizar espacios frescos y vestirlos con ropa liviana y de colores claros.