Un metaestudio publicado en la revista npj Science of Food revela que el uso cotidiano de envases desechables y utensilios de cocina de materiales sintéticos puede introducir partículas de plástico en los alimentos que consumimos.
La investigación, liderada por el Food Packaging Forum, analizó 103 estudios científicos previos que detectaron fragmentos de polímeros menores de 10 milímetros en alimentos o en simuladores alimentarios —sustancias que imitan las propiedades de los alimentos— tras estar en contacto con recipientes u objetos plásticos.
Gestos tan comunes como abrir una botella de agua, cortar alimentos en una tabla de cocina o calentar comida en un táper pueden liberar micro y nanoplásticos que terminan en nuestra dieta. “Estos objetos son una fuente importante de exposición humana, pero su impacto ha sido poco reconocido hasta ahora”, afirma la doctora Lisa Zimmermann, autora principal del estudio y responsable de comunicación científica del Food Packaging Forum.
Como resultado de esta investigación, se ha creado FCMiNo dashboard, una plataforma interactiva de acceso libre que permite consultar los datos según el tipo de artículo, material, medio analizado o clase de polímero detectado. Según la doctora Jane Muncke, coautora y experta en química analítica y ecotoxicología, este trabajo “ayuda a cubrir vacíos de conocimiento sobre el origen de estas partículas en la cadena alimentaria” y subraya la urgencia de estudiar cómo migran desde los materiales de envasado o preparación.
Los investigadores advierten que la falta de una normativa armonizada para evaluar la contaminación por microplásticos es un problema urgente. Mientras tanto, recomiendan a los consumidores optar por alternativas más seguras, como envases reutilizables de vidrio o utensilios de madera y acero inoxidable, para reducir la exposición a estas partículas.