Luciano Gastón Galván pidió prestada un aula en el CENS 3511 de la localidad de Tres Porteñas en Mendoza para conversar con la revista Convivimos. En ese pueblo de tres mil habitantes donde vive desde que nació, hace 24 años, cursa el segundo año del secundario. En 2024 resultó ganador del 16° Concurso Literario “De Ana Frank a nuestros días”, iniciativa que convoca todos los años el Centro de Ana Frank para jóvenes de 13 a 25 años y docentes de todo el país.
“Yo primero tenía dudas de si participar, pero después me animé”, dice desde el otro lado de la pantalla. Los formatos de escritura convocantes son cartas, cuentos, ensayos, diarios íntimos, obras de teatro sobre Ana Frank, el Holocausto o el nazismo, pero también sobre la dictadura y temas de actualidad como diversidad, género, acoso escolar, violencia y marginalidad, entre otros.
“Tenemos un montón de concursos y son cada vez más”, sostiene Mayra Shalom, coordinadora del área de Actividades de Escritura del Centro Ana Frank con sede en la ciudad de Buenos Aires. Para el concurso en el que participó Luciano, la convocatoria 2025 cierra el próximo 16 de junio.
Luciano transmite tranquilidad cuando habla, pero le sobra energía. Se levanta de lunes a viernes a las 5.30 de la mañana para ir a trabajar a la cosecha. Ahora está con las uvas, pero depende de la época del año, también saca verduras. Arrancó haciendo changas a los 14 y de a poco fue dejando la escuela a pesar de que su papá quería que estudiara.
Él es uno de los nueve hermanos que integran su familia y en 2023 tuvieron que hacer frente al fallecimiento de su padre. “Mi papá, en lugar de ponerse en mano dura porque no terminé los estudios, lo aceptó, pero sé que le dolió, así que su muerte en realidad me terminó dando el empujón que necesitaba para volver”, reflexiona.
Y ese impulso, además, fue acompañado por la profesora Claudia Jofre, de Ciencias Sociales, que se enteró del concurso y lo animó a presentarse. Tanto ella como el profe
Nicolás Loscocco acompañaron la escritura de Luciano.
Pero para ganar, no solo debía escribir, también tuvo que presentar un proyecto educativo con impacto. Su propuesta fue motivar a otras personas adultas como él a que se anotaran para continuar con sus estudios secundarios. “Este año sumamos 20 inscriptos, el año pasado éramos menos”, cuenta con entusiasmo y orgullo. En agosto, viajará a Ámsterdam como parte del premio que obtuvo. Junto a otros chicos y chicas ganadores visitarán la Casa de Ana Frank y recorrerán la historia en el lugar de los hechos.
Para Luciano, la niña judía universalmente conocida dejó un legado que aún persiste. Annelies Marie Frank nació en Alemania en 1929 y en 1933, con el ascenso del nazismo, la familia se exilió en Ámsterdam, Países Bajos. En 1942 se escondieron en la casa de atrás de la fábrica donde trabajaba el padre. En total, ocho personas vivieron escondidas durante poco más de dos años ayudadas por seis protectores no judíos.
Durante ese tiempo, Ana llevó un registro del cotidiano y de sus sentimientos en un diario íntimo que es mundialmente conocido y lleva su nombre homónimo.
“Yo me siento esperanzado sabiendo que hay gente y muchísimos jóvenes, porque yo los vi y conocí, que todavía tienen esa mirada esperanzadora, que se interesan en generar cambios, en expandir el mensaje que dejó Ana Frank para que la historia no se vuelva a repetir”.
DE LA CORDILLERA AL LITORAL
Bella Italia es un pueblo de 1500 habitantes de la provincia de Santa Fe, está situado a 8 km de la ciudad de Rafaela y a 844 km de Tres Porteñas, donde está Luciano. Allí vive Martina Pavón Oggero, una chica de 19 años que cuando habla parece que acumulara más experiencia de la que tiene. Hace dos años ganó el concurso nacional cuando estaba en quinto año del único colegio secundario de su localidad.
Cuando tenía 13 años, su abuela le regaló el Diario de Ana Frank. “Lo leo y empiezo a conectar un poco porque teniendo más o menos la misma edad estábamos viviendo realidades tan diferentes, contextos muy distintos y eso a mí me empezó a hacer ruido en la cabeza”, relata.
Durante su viaje a Ámsterdam, que obtuvo como parte del premio, tuvo la oportunidad de conocer a otros jóvenes de Argentina y de otros países. Eso la impulsó a ocupar el rol que cumple en la actualidad: líder de la Red Iberoamericana de Jóvenes Ana Frank. Esta articulación está compuesta por representantes de 23 países y se trata de un espacio de encuentro virtual y de formación para jóvenes de 15 a 20 años que quieren contribuir a mejorar el mundo empoderando a otros jóvenes en derechos humanos.
Para Martina, lo maravilloso de Ana fue el uso de la escritura para cambiar el mundo. “El instrumento de paz que usa es su diario, ella crea y construye constantemente una realidad distinta o por lo menos pretende que sus escritos salgan y mejoren la realidad en un futuro”.
Y si bien pasaron 83 años desde que Ana Frank empezó a escribir su diario, para Martina, Luciano y tantos otros jóvenes, su legado persiste como una poderosa herramienta de reflexión sobre la humanidad, la injusticia y la esperanza.
MÁS CONCURSOS
Además del concurso que ganaron Luciano y Martina, se suman otros como el “Concurso de Ensayos para América Latina”, cuya convocatoria cierra el próximo 1 de julio y el “Concurso Literario inclusivo” que se encuentra abierto hasta el 1 de septiembre. Este último está destinado a jóvenes a partir de 13 años y personas adultas que asistan o hayan asistido a escuelas de educación especial, centros terapéuticos y centros de día, entre otros.
Además, existe la posibilidad de que cada municipio, partido, escuela, ciudad o provincia diseñe su propio concurso con el acompañamiento del Centro Ana Frank.