¿Qué es el Tratado Global de Plásticos?

Hay una isla sin habitantes humanos en la que un documentalista encontró restos de aves con plásticos en sus estómagos. Esto evidencia que esta contaminación es un problema tan grave para la humanidad que está presente aun en los lugares más remotos. Según cifras de la Organización de Naciones Unidas (ONU), el mundo produce 430 millones de toneladas métricas de plástico al año y, si se mantiene la tendencia actual, su producción se triplicará para 2060. De ellos, dos tercios se convierten en residuos enseguida, generando no solamente contaminación visual, sino también afectando cursos de agua y suelos con más de 16.000 sustancias químicas.

Por eso, en marzo de 2022, la quinta Asamblea de las Naciones Unidas por el Ambiente impulsó la elaboración de un instrumento internacional jurídicamente vinculante sobre la contaminación por plásticos, a cargo del Comité Intergubernamental de Negociación creado específicamente, cuyo texto final deberá estar para la firma de las partes a inicios de 2025. 

Ya se lo menciona como el pacto medioambiental multilateral más importante desde el Acuerdo de París. Las reñidas negociaciones se realizaron en cinco reuniones entre 2022 y 2024, en las que la meta fue acordar los objetivos del instrumento y las medidas necesarias para alcanzarlos y que todos los países pudieran cumplir con sus obligaciones. Una vez concluidas, se elaborará el texto que se pondrá a la firma de los 170 países; después, cada nación deberá ratificarlo para que entre en vigencia.

“Hubo diferentes propuestas vinculadas a qué hacemos con la contaminación por plástico, y prosperó la que dice que debemos considerar todo el ciclo de vida del plástico, que empieza en el momento de la extracción de la materia prima”, detalló a Convivimos Cecilia Bianco, coordinadora del área de Tóxicos del Taller Ecologista, una organización sin fines de lucro que trabaja desde hace casi cuatro décadas en la defensa y preservación del ambiente con una perspectiva integral de los derechos humanos y la naturaleza. Participa activamente de las discusiones para concretar este tratado junto con Consciente Colectivo, Unplastify y Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), entre otros actores del sector privado y la academia.

Concretamente, este tratado obligaría a los gobiernos y a las empresas a asumir la responsabilidad en la gestión de sus propios residuos, podría reducir las extracciones de petróleo y gas, y la utilización de plásticos de un solo uso, e imponer la reutilización y el reciclado. Al ser un tratado internacional, llevaría a cambios legislativos en los ámbitos nacionales que podrían ayudar a frenar la producción de estos residuos desde su origen, con lineamientos para la extracción y transformación de las materias primas y también para su diseño, fabricación, distribución, uso y eliminación.

¿RECICLADO O REDUCCIÓN?

La Argentina fue uno de los primeros países en firmar el tratado en septiembre de 2023. En nuestro territorio, según cifras del Ministerio de Hacienda (2019), se consumen entre 40 y 42 kilos de plástico por persona al año. Pero también, por otro lado, desde 2003 se reciclaron más de 4 millones de toneladas de plástico, evitando la liberación de más de 5,7 millones de toneladas a la atmósfera. Del lado de los productores, este avance refleja el crecimiento de una industria recicladora que, con más de 140 empresas operando en 19 provincias, parece estar comprometida con la transición hacia una economía más sustentable.

“Consideramos que la Argentina tiene una oportunidad única para implementar políticas de economía circular y, a su vez, fomentar su desarrollo. Los plásticos son recursos que, tras su consumo, vuelven a aprovecharse en este círculo virtuoso. La gestión integral de los residuos sólidos urbanos es central en este proceso”, planteó a Convivimos Verónica Ramos, directora ejecutiva de Ecoplas, una ONG que trabaja para potenciar el reciclado y promover políticas públicas de consumo responsable y economía circular.

En tanto, Bianco mencionó que “la Argentina no tiene un posicionamiento respecto de la reducción de la producción de plásticos, que es lo que algunas ONG venimos diciendo, porque esto de que todo se recicla no es cierto. Con esa posición que ha venido teniendo la industria es en el lugar que estamos en este momento, con una cantidad de plásticos en los océanos, lamentablemente”. Y agregó: “Si queremos tener coherencia entre los acuerdos que han firmado los países, tendrían que ir por la reducción”.

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el reciclado de plástico a nivel mundial ronda apenas el 10 por ciento respecto de la producción. No se trata de un proceso simple, algunos plásticos se pueden reciclar solo dos o tres veces, y algunos reciclados, como el químico, liberan emisiones tóxicas y generan residuos peligrosos.  

¿QUÉ PODEMOS HACER?

Más allá del resultado de las negociaciones y la posición de cada país, Bianco considera que es positivo que este tema llegue al centro del debate. Conforme fueron avanzando las reuniones, se fue generando cada vez más información respecto de la cantidad de sustancias tóxicas que tienen los plásticos y del costo para la salud. En nuestro país este tratado debería llevar a una adecuación legal, tanto a nivel nacional como de las provincias. Resta todavía saber con qué fondos se van a financiar los cambios necesarios para que se implementen.

Y mientras, ¿qué puede hacer cada uno para contribuir a eliminar los plásticos en el ambiente? Una regla fácil de recordar es la de las famosas “R”: rechazar, reducir, reutilizar, recuperar, reparar y reciclar. Es decir: adquirir la menor cantidad de productos plásticos, evitando la compra compulsiva o desinformada, comprando a granel cuando sea posible, y reemplazar los plásticos de un solo uso con sus versiones reutilizables. Los plásticos que tenemos en casa y ya no sirven podemos arreglarlos y darles una nueva vida. Y en última instancia, hacer una correcta disposición final separando los residuos y entregándolos a un recuperador urbano o un centro de reciclado.