La pandemia desorientó a Julieta Rada. Sin saber muy bien para dónde moverse artísticamente, terminó en Nueva York, viviendo y enamorada. En la gran ciudad, la cantante uruguaya sintió cómo tira la raíz y se animó a darle forma a un proyecto con los sonidos del Río de la Plata que hacía tiempo la ilusionaba. Así nació Candombe, el cuarto álbum de su carrera.
“Recién llego a Estados Unidos, me quiero presentar con una carta más de tradición, no quiero ponerme a cantar R&B, quiero cantar lo que me corresponde a mí, que es esta música de Latinoamérica y Uruguay”, aclara. Sin embargo, renuncia a la idea de ser una embajadora de la música de su tierra, porque considera que es demasiada responsabilidad y prefiere no tenerla. “Hago música porque me gusta, porque me hace bien y me divierte, por ahora. Tampoco es que estoy casada con esta carrera, me cuestiono mucho si seguir o dedicarme a otra cosa”, confiesa la hija de Rubén Rada.
En Candombe revisitó clásicos del género y le dio su impronta al fusionarlo con otras sonoridades. “Se puede escuchar este nuevo acercamiento a esos temas, pero también me gusta que se investigue y se escuchen las versiones originales”, cuenta mientras prepara la presentación oficial del álbum, agendada para el 15 de mayo en Buenos Aires.
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Y después no hablamos más, de Facundo Balta.

CANDOMBE
Con una voz profunda y sangre rioplatense, le da un nuevo aire a una cuidada selección de canciones destacadas del género. Sonidos tradicionales fusionados con otros ritmos.
Altafonte.