Hubo un tiempo, previo al automóvil, en que los médicos hacían “visitas a domicilio”. Había que tener un sulky. Un médico inglés notó que cada vez que entraba a su caballeriza, sufría los síntomas de un resfrío que desaparecían al salir al aire libre. Pensó que la causa era el forraje guardado y le llamó a su enfermedad “fiebre del heno”.
Ahora sabemos que millones de personas en todo el mundo sufren de rinitis alérgica, la más frecuente de todas las enfermedades que padecen ese trastorno inmunológico y hereditario que es la alergia.
Sin embargo, hay muchas personas no alérgicas que padecen los mismos síntomas. Habitualmente son denominadas rinitis vasomotoras, porque se deben a un desequilibrio del sistema nervioso autónomo y se expresa por un predominio del sistema vagal sobre el simpático. Aparecen por medicamentos, embarazo, comidas picantes, luz solar intensa, entre otros.
SÍNTOMAS PRINCIPALES
La rinitis alérgica se manifiesta por síntomas característicos que pueden ser frecuentes u ocasionales. La mayoría de los pacientes padecen todos los síntomas, pero hay personas riníticas que presentan solo algunos. Entre ellos:
• Congestión nasal: nariz tapada, respiración bucal.
• Rinorrea: moco abundante muy líquido y transparente.
• Estornudos: uno tras otro, en salvas periódicas.
• Prurito: comezón que obliga insistentemente a refregar la nariz.
• Inflamación ocular: ojos rojos, picazón y lagrimeo.
• Saludo alérgico: acción de frotarse la nariz para aliviar el prurito.
¿Qué revela el examen médico? Revela unas fosas nasales típicamente pálidas. Son la consecuencia de la inflamación crónica producida por el encuentro en esos tejidos de un alergeno (polen, ácaros, caspa animal, etc.) con la gammaglobulina E (IgE) que el paciente alérgico tiene en cantidad exagerada en su organismo.
TIPOS DE RINITIS ALÉRGICA
-Rinitis alérgica perenne: Se presenta durante todo el año. La causa más frecuente es el ácaro del polvo del dormitorio.
Los ácaros domésticos son insectos muy pequeños, no visibles, que conviven con los humanos porque se alimentan de las escamas que nuestra piel desprende permanentemente. Viven en nuestras camas (colchones, almohadas y frazadas), donde encuentran calor, humedad y alimento. Sus deposiciones son poderosos alergenos.
-Rinitis alérgica estacional: Aparece solo en primavera y a veces también en verano. La causa es el polen de algunos árboles, arbustos y gramíneas. También las esporas de hongos.
Los pólenes de flores hermosas y perfumadas se reproducen por insectos y no producen alergia. Las flores poco atractivas tienen mucho polen que se dispersa por el viento y son las responsables de producir alergia. Los árboles en primavera y las gramíneas como el pasto en toda la estación cálida son los principales.
COMPLICACIONES
Las más frecuentes son: sinusitis, pólipos nasales, conjuntivitis alérgica y, sobre todo, asma. El 70 por ciento de las personas asmáticas tienen también rinitis alérgica y frecuentemente esta precede a la aparición del problema bronquial. Es muy importante saber que el tratamiento inmunológico de la rinitis previene esta complicación.
NO SON LO MISMO
En los meses fríos, es frecuente confundir la gripe con la rinitis alérgica. Sobre todo, porque en ambas hay síntomas iguales: nariz tapada, estornudos, goteo postnasal y ojos congestionados con lagrimeo abundante. Pero la gripe, que es provocada por una infección viral contagiosa, predomina en los meses fríos, el moco es más espeso y a veces puede terminar siendo amarillo. La nariz no pica tanto como en la rinitis alérgica, dura entre tres y cinco días, en cambio la rinitis alérgica, toda una estación y, en muchos casos, todo el año. La gripe da dolor muscular y gran decaimiento, y a veces ronquera y tos, no así el proceso alérgico, a menos que el paciente padezca asma. Las enfermedades alérgicas no son contagiosas, pero sí hereditarias.
TRATAMIENTOS
Tratamiento general: Lo ideal es poder eliminar el alergeno ofensor, lo que es fácil si se trata de un viejo almohadón de plumas o cuando nuestro gato cambia de domicilio. Pero no podemos impedir que el polen ni los ácaros desaparezcan. Lo que podemos hacer es disminuir los ácaros de nuestro dormitorio: renovar almohada sintética cada año y colchón cada tres años, eliminar alfombras y cortinas pesadas. Dormitorio superpelado y superlimpio.
Tratamiento sintomático: El médico receta habitualmente medicamentos antihistamínicos por boca y, si no son suficientes, agrega antiinflamatorios en aerosoles nasales precedidos de lavajes nasales con solución fisiológica. A menudo los síntomas son controlados parcial o totalmente, pero no curan la enfermedad.
Tratamiento inmunológico: Los médicos alergistas tratan el fondo del problema con inmunoterapia, más conocida como “vacunas para la alergia”. El tratamiento consiste en administrar por vía subcutánea o sublingual dosis mínimas y crecientes del alergeno responsable del padecimiento (polen, ácaros, etc.). El organismo responde con la formación de anticuerpos específicos que bloquean la reacción alérgica cuando el paciente se pone en contacto con su “enemigo”. Es un tratamiento simple que para ser eficaz debe ser prolongado, por no menos de tres años.
*Guillermo Bustos es profesor emérito de la Facultad de Medicina, Universidad Católica de Córdoba.
GOTAS NASALES
Las gotas nasales están contraindicadas.
Solo pueden usarse como máximo por tres días, ya que producen acostumbramiento y dependencia.
Efecto rebote: al suspender el bloqueo, es mayor.
Diríamos que son “pan para hoy y hambre para mañana”. Además, afectan el corazón y la presión arterial.