Al frente de Violentango editó cinco discos, sumó otro con Ruggiero Targo, más las grabaciones con la Orquesta Fernández Fierro. Así, tras una amplia discografía, Adrián Ruggiero nuevamente disfruta de un debut. Acaba de lanzar el primer álbum con Tangology, su flamante quinteto de tango fusión, que esta vez es un abrazo literal al jazz. “Me gusta ir detrás de la vertiginosidad de lo desconocido”, reconoce el bandoneonista al presentar Potrero. “El tango es un género que sale del potrero. Después se academizó, pero nunca perdió el barro, la frescura, y tiene esa inocencia de que no te importa perder”, reflexiona.
Con este nuevo trabajo se despegó de las etiquetas tangueras y pretende mostrarlo más allá de las milongas. “Y que de ese encuentro la gente se lleve algo que no esperaba, es que el tango todavía tiene un montonazo que decir. Hay que salir del cajoncito del estilo, porque si no, no nos va a ver nadie, no hay difusión. Es un camino largo por recorrer el de acercar el público al tango”, dice el también guitarrista y compositor.
“Los géneros para mantenerse vivos tienen que estar nutridos de ideas, por suerte eso en el tango no está faltando. Estamos muy bien parados artísticamente respecto de hace veinte años, se acabó la sequía compositiva que tuvo. Es una etapa de total crecimiento y expansión”, comenta.
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Ámsterdam, de Quasimodo Trío.
POTRERO
El jazz y el tango conviven en una propuesta original que repasa clásicos del 2×4, además de potentes composiciones propias.
Tango de Hoy
