“Subirse al escenario tiene que ver con hechizar al espectador”, dice Julieta Laso, quien acaba de editar La caldera, su nuevo disco. Lleva ese nombre, por un lado, por ser el del pueblo vecino de donde vive en Salta, y, por el otro, haciendo referencia a las brujas.
Su hechizo está en la voz, que, rasposa y peculiar, según ella suena a “fonola con tierra”. Aunque en sus discos solistas abarca la música del Río de la Plata, su estilo remite al tango, género que la abrazó desde sus comienzos. “Ahora quería probar otras cosas, igual siempre está ahí”, confiesa quien fue cantante de la Orquesta Típica Fernández Fierro.
“Este álbum es bastante más alegre por las canciones que elegí. Igual, siempre hay algo de melancolía y nostalgia que tengo. Pero me divertí con versiones que nunca pensé que iba a cantar”, revela sobre el sucesor de Martingala. Tampoco se había imaginado que su camino artístico, que inició en el teatro, se consolidaría con el canto. Por eso, más que cantora se siente intérprete. “Estoy acostumbrada a ponerle el cuerpo a la poesía”, comenta desde la ciudad de Buenos Aires, donde volvió a las tablas con la obra Ojo de Pombero.
Asegura que el 2021 fue muy intenso y que para este nuevo año tiene ganas de seguir presentando La Caldera y editar otro álbum. “Además, pasar más tiempo en Salta y tocar más por el país”, concluye.
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Planeta fome, de Elza Soares.
LA CALDERA
En su tercer álbum solista realiza versiones del cancionero de ritmos rioplatenses. Eligió temas de autores diversos como Enrique Santos Discépolo y Sandro.
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