Anabella Franco se cansó de remar contra los prejuicios que la novela romántica arrastra desde hace muchos años. “Se agotan los brazos”, dice quien acaba de publicar Lluvia salvaje. “El que no lo quiere entender no lo hará jamás y se va a quedar cerrado en su posición. Sin embargo, hay mucho más atrás de la historia de amor”, afirma, y propone la etiqueta “narrativa femenina”. En su nueva novela, además de romance, aborda temas sociales ligados a la discriminación. Cuenta que la tiene lista hace un tiempo y que se sorprende de la actualidad de las problemáticas que plantea.
Escribe desde niña; a los 13 años ya había probado con la novela y en 2012 publicó su primer libro. “Es algo que tenía incorporado, venía conmigo el hecho de poder expresarme y analizar la realidad a través de las palabras, hacer un proceso de introspección de esa realidad y volcarla convertida en ficción”, confiesa. Entre los 18 títulos que editó hay literatura juvenil y de adultos, romántica y ciencia ficción: “Voy variando y probando cosas distintas por una inquietud personal, me aburriría escribiendo siempre lo mismo. Me lo dicen las editoras y el público, nada de lo que leen es igual a lo anterior, no tienen idea de lo que se van a encontrar”, comenta la autora que usa seudónimos como “Anna K Franco”.
- ¿Un libro que recomiendes?
Un mundo feliz, de Aldous Huxley.
LLUVIA SALVAJE
Larisa deberá elegir entre el deber y la pasión prohibida por Tahiel, descendiente de mapuches. Confluyen la historia, el presente, los prejuicios sociales y el deseo de felicidad.
384 págs.
Vergara
