“Por supuesto. ¿Cuándo empezamos?”, le respondió Manuel Antín a Cinthia Rajschmir cuando ella le propuso realizar un documental sobre el intercambio de cartas que el cineasta tuvo con Julio Cortázar. Al leer el libro que contiene esa correspondencia, los tesoros se multiplicaron, tanto como sus ganas de hacer un homenaje a la relación entre ellos.
“Fue un encuentro entre dos libres creadores que rompieron el molde de la época. Luego de conocerse, quedaron fascinados el uno por el otro. También tenían discrepancias estéticas, narrativas e ideológicas, pero a pesar de esas diferencias, se seguían admirando. Ese vínculo de pasión y desencuentro me impulsó a pensar en las relaciones humanas que nos hacen crecer, en el consenso y en el disenso”, describe la directora de Cartas iluminadas. Además, es el modo de agradecerles por las semillas que cada uno plantó desde su disciplina: Manuel con un cine disruptivo y transgresor; y Julio con sus libros, que le generó la sensación de libertad.
Lo más impactante del proceso de investigación fue escuchar la voz del autor de Rayuela. “Leer las cartas ya era fascinante, pero cuando Antín me entregó la fonocarta, la alegría fue máxima. Me lo imaginaba a Cortázar desbordado de emoción, la palabra escrita que no le alcanzaba y recurriendo a un grabador para estar más presente”.
- ¿La última película que viste?
La boya, de Fernando Spinner, y Amor en dictadura, de Emilia Faur.
- ¿Una que recomiendes?
The Sweetest Sound, de Alan Berliner.
Cortázar & Antín: Cartas iluminadas
En los 60, Manuel Antín conoce a Julio Cortázar. Sus cartas cruzan el Atlántico y Manuel filma tres películas basadas en cuentos de Julio; y a un océano de distancia, escriben juntos el guion de Circe. Universo literario y cinematográfico se amalgaman y provocan tensión entre ambos géneros. El retrato de una amistad y un registro único para el acervo cultural del país.